No me parece muy democrático que se legisle para no tener en cuenta los intereses de la mayoría de las personas para las que gobiernas. Sobre todo si a esa mayoría, alguna vez o casi siempre, como ocurre en nuestro país, con un sistema sanitario universal, unas veces nos toca ser usuarios y otras pacientes. Y más inverosímil es que se antepongan los rancios intereses de una clase, cuando redactamos un decreto, a los intereses de la población en general. Como ya se habrán dado cuenta me estoy refiriendo al Real Decreto de “prescripción enfermera”.
Autor Fidel Rodríguez Rodríguez
Expresidente del Colegio de Enfermería de Ávila y analista de la profesión con una crítica sincera, desde la vertiente sanitaria y universitaria