Factores y componentes del líder II

En el estudio de Danet se confirma que el tipo de liderazgo ejercido es uno de los principales factores condicionantes del clima emocional. En la situación de crisis actual en el sector sanitario, se pone de manifiesto la necesidad de un liderazgo orientador, que dote de una nueva visión a largo plazo y en el que la dirección del hospital (lideres), ofrezcan pautas claras de actuación para el personal, con una motivación más directa y activa por parte de sus responsables. Siendo también relevante el liderazgo afiliativo y participativo, mediante estrategias de comunicación y consenso en reuniones multidisciplinares que potencien el trabajo en equipo, el compromiso y la participación de todos.

Dada la complejidad del fenómeno del liderazgo y la influencia entre variables de diversa índole, que complejizan el comportamiento organizacional, se hace necesario realizar abordajes más amplios, integrados e integrales, que permitan comprender, cómo las distintas variables estudiadas se relacionan o se influyen unas a otras. Con base en ello, se pueden generar estrategias de intervención a favor de un liderazgo más efectivo, orientado hacia el bienestar de los individuos y la productividad de la organización.

Vacas Guerrero plantea el liderazgo ético, exponiendo que la supervisora de enfermería coordina personas que cuidan personas, y el liderazgo ético tiene que ver con las personas. Con personas que se preocupan de su propio desarrollo como ser humano y el de sus colaboradores. Los gestores sanitarios que se esfuerzan en el día a día en el desarrollo de este modelo ético de influencia se ganan la confianza de sus colaboradores.

El liderazgo es la inspiración para obtener las respuestas deseadas y conseguir que los demás realicen su trabajo eficientemente. Los líderes están orientados al futuro, se sienten desafiados por el cambio y son capaces de planificar estrategias, para aprovechar el potencial humano. Como consecuencia, el liderazgo debe crear una cultura en la organización, donde el cambio plantee la posibilidad de crecimiento y desarrollo de los profesionales logrando a su vez incrementar los niveles de satisfacción del personal y el aumento de la calidad de la asistencia sanitaria.

Los líderes deben contar con la confianza de sus trabajadores para un liderazgo efectivo; por ello deben ser objetivos y justos, confiar y generar confianza, ser consecuentes, transparentes con la información y sinceros. Así, los valores universales vinculados con el liderazgo, son la coherencia y en segundo lugar, la honestidad. La conducta ética o integridad del líder, y en menor medida, la benevolencia, promueven la confianza en el mismo.

Para Hernández Santana, el liderazgo es una habilidad esencial en la vida profesional de la enfermera, pues le capacita para comunicarse de forma efectiva, ser capaz de señalar soluciones para los conflictos e iniciativa en la toma de decisiones, atributos que garantizan un desempeño satisfactorio en su trabajo, lo que demuestra la estrecha relación entre liderazgo y enfermería. Para esta autora se vislumbra la tendencia hacia un liderazgo participativo, con enfoque en la comunicación, como forma de alcanzar mejores resultados en salud y superar desafíos. Las instituciones que poseen un liderazgo sólido contribuyen al aumento de la creación de vínculos, menos conflictos y mayor compromiso de las personas en el proceso de trabajo.

En el estudio de Soto en las enfermeras gestoras destaca en liderazgo el dominio personal, efectividad interpersonal, gestión financiera y de recursos humanos. Concluyendo que las habilidades de gestión y liderazgo se deben basar en conocimientos sólidos y en la experiencia. Asimismo, la concepción de gestión y liderazgo ocupa un lugar complementario al rol de cuidado que tiene la enfermera/o. El liderazgo transformacional y relacional son necesarios para mejorar la satisfacción de las/os enfermeras/os.

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