La yenka, con corona

Queridos colegas, hoy en mi post “Lo que me queda en el plato” no es de nutrición de lo que voy a hablar… ¿O sí? No lo sé, vosotros juzgaréis porque voy a hablar de las noticias de las que me nutro. En estos días de confinamiento mi alimentación sigue siendo variada, saludable y sostenible. Lo conseguimos haciendo malabares -como todos- para hacer la compra cada 10 días…..pero salimos adelante porque somos únicamente un matrimonio y los problemas se controlan mejor.
Pero de la cabeza no sé si estoy tan bien nutrida, es como si lo que ingiero me sentase mal y me produce diarrea mental, pero aunque no soy nada de vomitar, sí que últimamente tengo muchas veces náuseas… Las náuseas me las deben de producir estar bailando la Yenka tantas veces en tantos días.

[Para mis colegas muy jóvenes sólo decir que la yenka era un baile de los 70??? que decía “Izquierda, izquierda, derecha, derecha, delante detrás un-dos-tres” Y ese un dos tres, se hacía dando unos saltitos ridículos.]

Pero creo que deben ser los saltos, los que me revuelven el estómago, máxime cuando se viene de un no parar ahora para la derecha ahora para la izquierda y encima todos en fila y cogidos por la cintura o por las caderas, es igual, todos juntos con la sana intención de que ese baile acabase sin mucho caos.

Pues eso, colegas, que estoy revuelta con mi nutrición mental.

Sabéis que me apunto a todo lo que signifique poner el altavoz a tope, a la voz de la Enfermería. Estaba “trabajando en ello” a través del Nursing Now (¡¡por fin nos iban a poner donde correspondemos!!) cuando arrasa con todo, el maldito COVID-19 y comienzan a faltar enfermeras de primera línea. Faltaban con urgencia, todavía más y más de las que ya venían faltando desde el Recorte de 2012, pero que ninguna Consejería ha dado el paso de reponer.

Y esa falta de enfermeras fue el único soplo de aire fresco que intuí recibir: ¡¡Ahora se va a destacar el gran papel de la enfermera, esencial en el día a día de la organización bajo presión!!

Pero mi gozo en un pozo. No había enfermeras en el Gabinete de Expertos para la Crisis, ni en el pase de revista de ningún día… ni nada de nada. Pero si se hablaba de la enfermera, se habla mucho y bien… de cómo coge la mano para que nadie muera solico (fundamental y precioso) salía la enfermera con ingenio haciendo batas de bolsas de plástico… La enfermera humana que les pasa su móvil a los pacientes para que vean a sus familiares, esa enfermera, en fin, que todos los usuarios reconocen y alaban… aunque ellos saben que son bastante más.

Hasta aquí todo, muy bien, muy humano, felicidades, gracias…

Pero me sabe a poco, porque a mis 26 años de enfermera de nutrición, le añado por delante 16 años de UCI de Trauma y un año antes de urgencias general, 1 máster, 11 Expertos, más de mil horas de seminarios y ponencias impartidos, cinco libros publicados… Entonces es cuando a ese bagaje se le empieza a sumar una leche mal fermentada que me agriaba mi magnífica y equilibrada microbiota…

¿Pero dónde aparece reflejada esa gran enfermera que trabaja los cuidados siempre bajo la evidencia científica (en el caso de este virus, hay poca); esa gran enfermera que suministra los medicamentos con conocimiento de la farmacodinamia y la farmacocinética de cada uno de ellos; esa gran enfermera que aplica con destreza las tecnologías punteras cuando maneja los ventiladores mecánicos o las bombas de perfusión venosa o de nutrición enteral; esa gran enfermera que controla al dedillo los monitores de las constantes vitales, adiestrada como está para percibir cualquier alteración hemodinámica; esa gran enfermera que se tiene que pegar a la cama, cuando abre los párpados del paciente en coma para ver si las pupilas se mantienen isocóricas al estar realizando como mínimo cada hora, el test de Glasgow; esa gran enfermera que al paciente consciente siempre le transmite control, en medio de una situación descontrolada; esa gran enfermera que sabe cuándo hay que cambiar una dieta o modificarla porque los requerimientos del paciente grave o leve están fluctuantes… ESA GRAN ENFERMERA ¿DÓNDE APARECE?
Sólo aparece en Diario Enfermero, y digo sólo porque tengo la impresión que para los medios generalistas no estamos, somos invisibles (no me gusta la expresión “somos transparentes”, porque sí que lo somos, se nos nota cuando estamos contentas y bien atendidas y cuando somos ninguneadas y olvidadas)

Y de esto último voy a poner un ejemplo con un magnífico, magnífico artículo de El País

Magnífico, magnífico pero escaso y confuso con las enfermeras, que sólo nos nombra una vez y encima fregando y desinfectando… Seguro que La Paz, como es un gran hospital y el gerente acompañaba al periodista en la UCI que visitaron, toda la medicación, los diferentes cribados de valoración, la puesta en marcha y vigilancia de aparatos, los cambios posturales de los pacientes para evitar las UPP…etc, etc, lo hacía el Espíritu Santo, en forma de Paloma… Con lo poco que ganan las enfermeras, qué caras salen si sólo friegan con desinfectante los suelos de las UCIs… Cuatro años de Grado, para esto… jejeje. Unas graduadas universitarias con sueldos tan pegados siempre a los sueldos de las TCAE, pero tan alejadas siempre de los otros graduados universitarios, que son los médicos.

Una enfermera en el comité de expertos

Bueno, que no sigo más con las enfermeras asistenciales, de hospital o de comunitaria, que se están jugando el tipo, sus estudios de cuatro años de Grado, sus másteres, sus doctorados, sus Expertos, sus congresos o jornadas, sus publicaciones… porque ¡¡ya les ha llegado la salvación!! Después de mucha reivindicación por parte del Consejo General a machamartillo, después de mucho dar la vara, el Ministerio nos ha bendecido con el nombramiento para el Comité de Expertos, de UNA enfermera excelente con gran sentido común y gran experiencia, a la que todos queremos y admiramos profundamente: Mayte Moreno Casbas. Sabe de investigación todo lo que se puede saber y mucho más; de Ella hemos aprendido muchas, mucho. ¡¡Enhorabuena Mayte, y que Dios te ampare!!

Pero digo yo… Si somos 307.000 enfermeras, la profesión sanitaria más numerosa, si somos herederas de nuestra querida Florence Nightingale, la Mujer Matemática y Enfermera que puso en orden el caos sanitario en la guerra de Crimea… ¿No os parece poco 1:307.000? ¿No sería conveniente que también hubiese además una enfermera que viniera de las trincheras? Una enfermera de gestión -supervisora o adjunta o incluso una directora de hospital- que se ha tenido que batir el cobre con las no mascarillas, con las no batas/bolsa, con las no caretas/folios de acetato, con las no camas/camillas-sillas; con los NO HAY/NO HAY/ NO HAY… (Y no precisamente tiene que ser de La Paz, que hay cienes y cienes de hospitales en esta España nuestra)

Señores de la crisis que están generando ustedes, encima de la crisis que ya nos ha creado el invisible con la pandemia, estírense un poco y nombren otra excelente enfermera que acompañe a la excelente Mayte, para que sean dos, para que tengan la visión completa de la investigación y la formación, con la de la asistencia. Porque cuatro ojos ven más que dos, cuatro orejas son más que dos; DOS BUENOS CEREBROS BIEN FORMADOS Y CON EXPERIENCIA, SON MUCHO MÁS QUE DOS… SON MOGOLLÓN.
Haaala, que ya lo dejo esto porque mi Consejo General sé que no va a parar hasta conseguirlo.

Críos al aire

Que yo ahora voy a ver si digiero otra nueva yenka que es la de sacar a los zagales a la calle… bueno a la calle no, al súper y la farmacia (todo aire puro, sol y vitamina D)

A ¡¡qué no!! que ya no van al súper porque muerden los carros y a las señoras… que ahora sí que salen al Sol, a la vitamina D y a aprovechar que como no hay coches, se respira aire sin partículas dañinas de contaminación… Aunque de aquí al domingo, todavía puede haber otra yenka de cómo sacar a las criaturas de 14 hacia abajo.

Por cierto y sin que se me olvide queridos colegas, que aunque parezca que estoy contra el Gobierno y con el estómago revuelto con tanta descoordinación y la nutrición alterada por la mala gestión en la toma de decisiones, porque soy de algún partido de la oposición, nada más lejos. Os aclaro que soy una votante socialista que les he votado tropecientas veces para poder recuperar ese sitio que nos concedió/reconoció el gran ministro Ernest Lluch a las enfermeras. Aquella Ley de Sanidad en la que la División de Enfermería, encabezada por una Directora Enfermera, tenía el mismo rango que la División Médica y la División de Gestión, las tres dependientes del Gerente del Sector (que ya no tenía que ser médico, por narices)

Por agradecimiento, por convicción y por deseos de recuperación voté, y por eso se me agudiza más mi microbiota revolucionada; por mi decepción como votante y como enfermera. Ministro Illa, ponga otra enfermera en su día a día, y con dos notará todavía más la diferencia que ya va a notar con UNA. Gracias colegas por atenderme y gracias por sumaros a esta petición, que sé que os mola. Gracias “Presidente Florentino” por haber seguido confiando en mí como delegada del área de nutrición, por seguir confiando en que las enfermeras somos un puntal en la nutrición, por confiarme este balcón que me supone este post, en nuestra preciada Bitácora. Gracias, aquí sigo a disposición, como siempre.

La Yenka

Vengan chicos vengan chicas a bailar
Todo el mundo viene ahora sin pensar
Esto es muy fácil lo que hacemos aquí
Esta es la yenka que se baila así

Izquierda, izquierda derecha, derecha
Adelante detrás un dos tres
Izquierda, izquierda derecha, derecha
Adelante detrás un dos tres

Con las piernas marcaremos el compás
Bailaremos sin descanso siempre mas
Y no hace falta comprender la música
Adelante y detrás y venga ya

Izquierda, izquierda derecha, derecha
Adelante detrás un dos tres (bis)

Aquí se baila la yenka
Hay que fácil es la yenka
Mira que bien va la yenka…

Marilourdes de Torres

Autor Marilourdes de Torres

Delegada de nutrición del CGE; coordinadora del CC de ADENYD, secretaria general de UESCE; pero sobre todo me considero ENFERMERA PRESCRIPTORA.

1 Comment

  1. Mario

    Gracias por expresarte con tanta claridad. Una luz nutrida para la mente.

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