Resiliencia y Liderazgo I

Respecto a la resiliencia podemos decir que es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas, como problemas familiares o de relaciones personales, problemas serios de salud o situaciones estresantes del trabajo o financieras. Significa «rebotar» de una experiencia difícil, como si uno fuera una bola o un resorte (Forés, 2008).

La investigación ha demostrado que la resiliencia es ordinaria, no extraordinaria. La gente comúnmente demuestra resiliencia, incluso en situaciones muy adversas como las personas que estuvieron en campos de concentración y exterminio, campos de refugiados, atentados terroristas o traumas vitales graves (Santos, 2013).

Ser resiliente no quiere decir que la persona no experimenta dificultades o angustias. El dolor emocional y la tristeza son comunes en las personas que han sufrido grandes adversidades o traumas en sus vidas. De hecho, el camino hacia la resiliencia probablemente está lleno de obstáculos que afectan nuestro estado emocional.

La resiliencia no es una característica que la gente tiene o no tiene. Incluye conductas, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidas y desarrolladas por cualquier persona. Una combinación de factores contribuye a desarrollar la resiliencia. Muchos estudios demuestran que uno de los factores más importantes en la resiliencia es tener relaciones de cariño y apoyo dentro y fuera de la familia. Relaciones que emanan amor y confianza, que proveen modelos a seguir, y que ofrecen estímulos y seguridad, contribuyen a afianzar la resiliencia de la persona (Vera, 2004).

Otros factores asociados a la resiliencia son:

  • La capacidad para hacer planes realistas y seguir los pasos necesarios para llevarlos a cabo.
  • Una visión positiva de sí mismos, y confianza en sus fortalezas y habilidades.
  • Destrezas en la comunicación y en la solución de problemas.
  • La capacidad para manejar sentimientos e impulsos fuertes.

Las investigaciones llevadas a cabo con el personal de Enfermería señalan que la resiliencia se constituye como una característica fundamental del mismo (Jackson, 2007; McCann, 2013; Arrogante, 2013 y 2014). La implicación clínica de este resultado, y dado lo relevante que resulta ser resiliente para la Enfermería, viene dada por la conveniencia de entrenar y desarrollar resiliencia en aquellos profesionales que muestren bajos niveles de la misma (Arrogante, 2015).

Los Líderes de las organizaciones sanitarias deben potenciar el desarrollo y mejora de la resiliencia, ya que esto podría ayudar a la Enfermería a afrontar el estrés al que está expuesto continuamente en su trabajo. El entrenamiento de la misma facilitaría al personal de Enfermería amortiguar las consecuencias negativas del estrés laboral (McCann (2013), Jackson (2007), McGee (2006) y a desarrollar unas estrategias de afrontamiento más eficaces y adaptativas a la hora de hacer frente a esas situaciones estresantes (Arrogante, 2013).

1 Comment

  1. Diego Ayuso

    Hola Ricardo, libro completo de resiliencia en enfermeras gestoras no conozco.
    Hay artículos muy buenos de resiliencia en enfermería, los tienes en Enfermería Intensiva y el autor que está trabajando mucho en ello es Oscar Arrogantes, enfermero del Hospital de Fuenlabrada.
    Un cordial saludo.
    Diego Ayuso.

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