Vocación con corazón

La cirugía cardiaca infantil ha experimentado un salto cualitativo en los últimos años. Vemos auténticos niños “milagro” intervenidos incluso en el vientre materno en una sucesión de hitos científicos inimaginables en otros tiempos o en países menos desarrollados. La Medicina ha regalado vida a muchos niños con cardiopatías congénitas. Sin embargo, como padre que soy comparto los temores y la ansiedad de todos los que esperan un hijo o hija y desean, como es lógico, que goce de buena salud.

En la mayor parte de los casos, el nacimiento —gracias en parte a nuestras matronas— se desarrolla sin problemas y los padres respiran aliviados agradeciendo su suerte. Sin embargo, aquellos que deben enfrentarse a una intervención delicada en un pequeño de tan corta edad experimentan una angustia y unos niveles de estrés a los que quizá nunca se han tenido que enfrentar antes.

De su casa, donde esperaba esa bonita habitación redecorada, pasan a habitar, sin dormir, sin descansar apenas, en las blancas paredes de un hospital. Es entonces cuando el contacto cercano y humano con el personal sanitario, especialmente con las enfermeras, aflora con más fuerza. Los cuidados que ofrecen las enfermeras que trabajan en estos servicios clínicos van mucho más allá de los recién nacidos y durante la estancia del pequeño ingresado se generan unas relaciones y unos lazos inquebrantables entre enfermeras y familias, una comunión propia del que tiende una mano al que necesita más que nunca apoyo emocional y profesional, porque está atravesando el momento más duro de su vida.

Las enfermeras de cardiología infantil realizan un trabajo intenso, técnico y delicado, con una sensibilidad especial con los pacientes y con todo tipo de facilidades para que los padres contacten para resolver sus dudas, tranquilizando y explicando las pautas a seguir. No debemos olvidar que estos pequeños, en su mayoría, pasarán a ser enfermos crónicos o incluso requerirán de reintervenciones a lo largo de su vida. Las enfermeras también les enseñarán a cuidarse para llevar una vida plena y feliz a pesar del susto con el que arrancó su existencia. Queremos dar las gracias a todas las enfermeras y enfermeros que se vuelcan con los corazones más tiernos y con los padres más entregados, todo ellos luchadores natos.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

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