¡8M! Es nuestro momento

Vivimos tiempos en los que las enfermeras damos pasos firmes para derribar los muros que durante tanto tiempo han impedido nuestro desarrollo profesional. En este año Internacional de las Enfermeras, declarado así por la OMS, luchamos por ocupar los puestos de responsabilidad donde se toman decisiones cruciales para la salud de la población a la que atendemos. Luchamos también para que se eliminen normativas arcaicas y absurdas que impiden a una enfermera dirigir un hospital o un centro de salud, luchamos para que nos dejen ser el referente de los cuidados que somos. Quiero hoy en este espacio que tomo prestado, como mujer y como enfermera que soy, reivindicar la figura de tantas y tantas compañeras que han luchado por engrandecer la profesión, por ir más allá de lo que se decía que debía ser, decir o hacer una enfermera.

Los avances que ha experimentado la sociedad en lo referente a la figura de la mujer son indudables, aunque eso no quiere decir que la igualdad sea un hecho consumado. Aquí seguimos lejos, como reflejan actitudes vigentes, estadísticas salariales, dificultades a la conciliación y otros indicadores que revelan que queda mucho por andar.

Si echamos la vista atrás, no se me olvida cómo la enfermería ocupaba -a muchos les gustaría que aún fuera así- una posición secundaria y subordinada a otros profesionales sanitarios. Como casi todas somos mujeres, se establecía un paralelismo infame entre la enfermera como profesional y la enfermera como mujer, relegada a una posición secundaria que no merecía ser escuchada ni tomada en serio. Eso por no hablar de los calificativos, faltas de respeto y conductas inapropiadas que hemos tenido que soportar muchas profesionales durante décadas. Todavía hoy se escucha a algún ser paleolítico que hace bromas obscenas e irrespetuosas a una enfermera a la cara, pero lo más frecuente es que veamos -en un nefasto ejemplo a los más pequeños- la proliferación del estereotipo infame de la enfermera “sexy” y minifaldera que se observa en disfraces y algunos “shows” televisivos. Ojalá nunca más tengamos que denunciar desde el Consejo General de Enfermería esas imágenes denigrantes. Ojalá no haya que escribir más un artículo por el 8M.

Pilar Fernández

Autor Pilar Fernández

Velando porque la enfermería esté formada y actualizada en sus conocimientos para prescribir los mejores cuidados al paciente

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