Datos contra el sectarismo en Madrid

Durante noviembre no han sido pocas las voces que achacan la crisis de la Atención Primaria en Madrid a la supuesta falta de presupuesto que esta Comunidad destina a la Sanidad. Los críticos con Isabel Díaz Ayuso han esgrimido para ello datos que son ciertos, y que sus defensores entienden en cambio que constituyen la muestra fehaciente de una mejor gestión que la que realizan otras autonomías. Las cifras de la discordia son, en concreto, las relativas al presupuesto sanitario por persona y que, efectivamente, no dejan aparentemente en buen lugar a Madrid en comparación con otros territorios.

En este año que ya avanza hacia su final, la comunidad consignó 1.301,21 euros por habitante para procurar su asistencia con cargo a los recursos públicos. Se trata de la cantidad más baja de un Sistema Nacional en el que la media se sitúa en 1.534,92 euros, y en el que Asturias figura en cabeza, por encima incluso de los “ricos” País Vasco y Navarra, con 1.984,27 euros por habitante, según la información en poder del Ministerio de Sanidad y de las propias regiones. Los defensores de Ayuso resaltan que con menos dinero, Madrid es capaz de hacer más, y aluden en concreto a que esta autonomía cuenta con seis de los diez mejores hospitales de España, tiene los mismos centros de referencia que Cataluña con 2,5 millones menos de habitantes, atiende a enfermos de otras latitudes y figura entre las comunidades que obligan a los pacientes a esperar menos tiempo para pasar por el quirófano. En efecto, los propios datos del Gobierno revelan que los enfermos en Madrid tardan 73 días de media en ser operados, por los 183 días que se registran en Aragón.

Estas estadísticas nos revelan también que Madrid, con 1.301,21 euros de gasto sanitario por habitante tarda 22 días menos que la “opulenta” Asturias en practicar una cirugía a sus pacientes, con una población mucho mayor. ¿Cómo se entiende entonces esta disfunción? Para analizarla correctamente conviene revisar la serie histórica y comparar otro dato importante. Por ejemplo, pese a los incrementos presupuestarios de los últimos años, Andalucía sigue en el furgón de cola del gasto sanitario por cabeza porque históricamente estaba en último lugar por culpa de una infrafinanciación inexplicable, y ya se sabe que tal desajuste no se arregla en dos, tres, cuatro ni cinco años.

El otro factor que explicaría algunos buenos datos de Madrid es el de la proporción de gasto que destina a Sanidad de su presupuesto global. Las cifras oficiales muestran que Madrid es, tras Asturias, la segunda comunidad más generosa en este sentido, al destinar a Sanidad en 34,64% del gasto total. Cataluña, en franco declive por culpa del independentismo, apenas dedica un 21,7%. Tal vez este indicador sirva mejor para enjuiciar a Madrid sin sectarismos.

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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