El género, un poderoso determinante en el ámbito de la salud

Por Mar Rocha. Portavoz del Colegio de Enfermería de Madrid.

El género es un poderoso determinante que influye en la salud y el bienestar. Pero puede ser también un factor de inequidad en estos mismos ámbitos. Por eso es tan importante que los planes de prevención y de promoción de la salud, y de atención asistencial se diseñen teniendo en cuenta la equidad de género.

Sin embargo, la realidad dista mucho de esa equidad. Estamos ante una falta de perspectiva de género a la hora de diseñar y analizar las estructuras, las políticas y las estrategias de salud. Desde la escasa presencia femenina en puestos de gestión y dirección; la existencia de numerosos estereotipos sexistas que no han desaparecido con el paso de los años o la imagen irreal que se tiene de Enfermería en la sociedad, hasta la escasa participación femenina en el campo de la investigación.

Ejemplos de esta inequidad los encontramos a diario. Desde una reducida presencia de mujeres en puestos directivos, que según los últimos informes realizados por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), no superan el 36%. O las dificultades que encuentran las mujeres investigadoras, que se convierten en una verdadera carrera de obstáculos en el caso concreto de las enfermeras que, con demasiada frecuencia, o no se elige o se ven forzadas a abandonar debido a las múltiples dificultades- el cuidado informal asociado también al género y la profesión, la turnicidad y jornada laboral, complicaciones para conciliar, etc. – que encuentran.

Todo esto nos lleva a plantear un escenario en el que ser mujer puede hasta ser perjudicial para su salud. Y un caso muy concreto se da en la infrarrepresentación de féminas en los ensayos clínicos, que hace que muchos de los medicamentos que llegan al mercado sean ineficaces para ellas al haber tenido como referente de estudio a los hombres1.

Pero ¿se puede revertir esta tendencia?

Estamos seguros de que se debe, pero creemos que también se puede, y tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS)2 solo se conseguirá la equidad de género en salud con una distribución justa de los beneficios, el poder, los recursos y las responsabilidades entre mujeres y hombres.

Para ello necesitamos seguir promoviendo el liderazgo de las mujeres en salud. Y lo decimos con conocimiento de causa, pues representamos a una profesión, la Enfermería, que es mayoritariamente femenina y que no se entendería sin las mujeres, pero también hombres, que la ejercen y la han ejercido. Ya que históricamente contamos, como en la actualidad, con un 85% de enfermeras y un 15% de enfermeros en el ejercicio de la profesión.3 Esta proporción de hombres y mujeres tiene su reflejo en la propia Junta de Gobierno del Colegio de Enfermería de Madrid, donde el 89% de sus miembros somos mujeres.

Es necesario también incluir el enfoque de género en las políticas y estrategias de salud, pero no se trata solo de incorporar a las mujeres en estos procesos sin más. Son necesarias reformas que aseguren que estas estrategias incluyen, en la práctica, la visión y las necesidades de las mujeres. Solo así será posible que una perspectiva de igualdad y equidad de género se incorpore en todas las políticas, a todos los niveles y en todas las etapas, pero, sobre todo, teniendo en cuenta a todos y a todas.

Y eso lo decimos desde la profesión Enfermera que sabe lo que es reivindicar día a día nuestro campo competencial propio y demostrar que somos plenamente autónomas a la hora de diagnosticar de forma independiente los cuidados enfermeros necesarios; liderando los cuidados profesionales, teniendo en cuenta a las personas en todo su contexto personal y social y en todas sus dimensiones, y adoptando decisiones inmediatas para mantener la vida y para colaborar de forma eficaz con todos los actores del sector sanitario en el marco de equipos multidisciplinares.

Por supuesto aún quedan muchos logros por conseguir, pero desde el Colegio de Enfermería de Madrid seguiremos trabajando por la equidad de género en salud, crucial para una prestación de salud de calidad en la sociedad y con todas las garantías, para todos.

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