Nadia Calviño acude al rescate de la sanidad

Aunque ha sido muy criticada por su aparente inacción y por su escasa apetencia por aparecer en los medios, la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, puede convertirse en uno de los elementos clave para la Sanidad del nuevo Gobierno que formará Pedro Sánchez. Al igual que sucedió bajo el Ejecutivo de Rajoy con el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y su famoso FLA, que salvó a varias autonomías de la quiebra, Calviño esconde bajo su manga un as capaz de facilitar la vida de las administraciones públicas financiadoras de servicios de salud y de los agentes que operan con ellas. Se trata de una baza que ya ha utilizado y que seguirá usando si sigue en el Gobierno, como parece probable: la de las negociaciones con Bruselas.

Conocedora como pocos altos cargos españoles de los entresijos de la Comisión Europea, Calviño ha sido clave, por ejemplo, para que Pierre Moscovici, el comisario que con tanta saña vigilaba las cuentas del Reino de España durante los ejecutivos del PP, haya pasado a aplicar una política de manga ancha y se limite a criticar con la boca pequeña los incumplimientos de España en el primer año de mandato socialista, así como las desviaciones de ingresos y gastos incluidas en el proyecto de cuentas públicas enviado al Ejecutivo comunitario. ¿Qué importancia puede tener esto para la Sanidad española?, se preguntarán algunos. La respuesta es fácil: toda. Aunque nuestro país ha escapado del protocolo de déficit excesivo -la vigilancia estricta- que Bruselas abrió en el epicentro de la crisis económica, sigue registrando desviaciones considerables en sus finanzas públicas porque el gasto se ensancha a un ritmo mucho mayor que las previsiones de ingresos.

La habilidad de Calviño para domeñar la ortodoxia fiscal de Moscovici será fundamental para evitar unas décimas de ajustes. Se trata de unos cientos de millones de euros que podrán ser utilizados por las administraciones a lo largo de éste y los próximos años para costear servicios esenciales como la Sanidad. Un balón de oxígeno, en definitiva, que evitará por ejemplo a las consejerías el mal trago de tener que extremar aún más las medidas de ahorro o el recorte de gastos.

Esta nueva política europea de manga ancha, favorecida además por la extrema gravedad de la situación de Italia, en donde la ortodoxia fiscal se ha desvanecido, no implicará sin embargo la eliminación de los ajustes, que seguirán aplicándose, aunque a menor ritmo. Entre ellos figuran las nuevas políticas de control de la farmacia que a fuego lento van fraguándose en las cocinas de Hacienda y Sanidad con el aliento de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AiREF). Subastas, prescripción por principio activo, fin del descuento a las farmacias… Todo esto llegará, aunque a un ritmo más lento.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué líderes patronales fueron sondeados por la Airef durante la elaboración de su duro informe sobre el gasto farmacéutico?

¿Qué médico del PP va diciendo en público que ya le toca dirigir una Consejería de Sanidad como la de Madrid?

¿Qué mujer periodista suena para dirigir la Comunicación de esta Consejería si no sigue al frente de la misma Enrique Ruiz?

¿Qué dirigente de una conocida organización farmacéutica anda a disgusto y sopesa cambiar de aires?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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