La prórroga de unos Presupuestos Generales del Estado no es nunca una buena noticia para la Sanidad. A priori, una situación así restringe la capacidad de gasto del Estado, las autonomías y los entes locales, lo que termina afectando a los servicios públicos que dichas administraciones gestionan. Desde esta perspectiva, un nuevo frenazo a las cuentas públicas como el que planea sobre España restaría capacidad de maniobra a los gestores en un entorno de precios y costes crecientes, lo que redundaría, por ejemplo, en plazos más largos para el acceso a los nuevos fármacos innovadores y un menor margen en la contratación de personal.
Desde luego, el capítulo I sería uno de los más resentidos. Contra este mantra que resulta cierto, puede confrontarse otro que también lo es y que no todo el mundo conoce. En España, un presupuesto prorrogado no impide ampliar el gasto todo lo necesario. Por ejemplo, los 12.000 millones que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha asegurado que dejarían de llegar a las autonomías si este escenario finalmente es el que se mantiene, podrían habilitarse mediante un crédito parlamentario que saldría sin problema adelante en el Parlamento, pues estaría garantizado en teoría el apoyo nacionalista.
Como bien dice Jesús Rivasés, maestro de periodistas económicos, los presupuestos imaginativos sin presupuestos ortodoxos son posibles, aunque los segundos resulten fundamentales para un país, por lo que solo faltaría voluntad política para poner los primeros en marcha en tiempos de prórroga, enfocando el gasto extra donde más se necesite. En Sanidad, la partida de personal es una de las más acuciantes, porque la necesidad de profesionales cualificados es generalizada en todos los territorios. El Consejo General de Enfermería ya ha dado numerosas veces la voz de alarma ante el callejón sin salida en el que se ha adentrado la Sanidad española, más allá de parálisis presupuestarias.
En su última advertencia recuerda que en nuestro país faltan alrededor de 100.000 profesionales de la enfermería, e incide en las repercusiones que esta carencia de personal puede tener no sólo en las condiciones laborales de los que están ejerciendo, sino en la calidad asistencial que reciben los pacientes. Cita en este sentido un estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Southampton, publicado en el British Journal of Surgery, referente a ese impacto en el terreno quirúrgico.
Por ejemplo, cuando los niveles de enfermeras se encuentran por debajo de la media, el riesgo relativo de reingreso aumenta en un 2,3% y la mortalidad lo hace un 9,2%. Una de las principales conclusiones de este estudio es que una óptima dotación de enfermeras se asocia a una menor mortalidad, algo que también rige para los médicos. En el contexto en el que se encuentra España, habilitar gastos extra para contratar profesionales y salvar vidas es perfectamente posible, pese a las amenazas veladas de la ministra de Hacienda.
PREGUNTAS CON RESPUESTA
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¿Qué alta directiva de la industria farmacéutica siembra el terror en su gabinete de comunicacion? ¿Por qué?
¿Qué gerente de un gran hospital teme que salte a la luz algo que hizo en otro hospital que gestionó en el pasado?
¿Qué conocido personaje del sector está aprovechando su aparente buena relación con el Ministerio para desviar el foco hacia sus rivales en el sector?

Autor Sergio Alonso
Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN