De enfermera a paciente

El cáncer de mama es de esas enfermedades que han calado en la sociedad y se han hecho muy visibles en los últimos años. Y eso tiene una serie de repercusiones positivas de indudable valor, aunque sean intangibles. Las pacientes reciben grandes dosis de comprensión, se apuesta por un diagnóstico precoz que está salvando muchas vidas, se invierte en investigación, se naturaliza la enfermedad y sus secuelas, las empresas e instituciones se implican en las campañas…

Es cierto que eso no debe implicar que exista menor sensibilidad hacia otras dolencias de otra naturaleza o con menor prevalencia, pero resulta muy positivo, sobre todo si pensamos que el cáncer sigue siendo la palabra prohibida, un tabú, algo que ocultar. Todavía hay quien lo llama, y así se publica incluso en los medios de comunicación, una “larga enfermedad”, como si no hubiera tumores que te matan en dos meses.

Dicen que los profesionales de la salud somos muy malos pacientes. Las enfermeras que se abren en canal en el reportaje de diarioenfermero.es saben, muy a su pesar, cómo es vivir al otro lado de la cama. Cuentan cómo el cáncer las desarmó al principio, cómo sufrieron por su familia, pero también cómo es ver nuestra profesión desde el punto de vista del paciente. Así han podido valorar el trato de sus propias compañeras enfermeras, cómo cambia el hospital —su centro de trabajo— desde el sillón de quimioterapia o una cama. Y cómo la mano amiga de un profesional sanitario como ellas les infunde ánimo y les ayuda en la prueba más dura a la que han tenido que enfrentarse en la vida. Una batalla que han ganado por el momento y que les ha proporcionado una serie de enseñanzas vitales. Deberíamos hacer el esfuerzo de ponernos en la piel del paciente al que tratamos, con la prisa que a veces imponen las circunstancias o el devenir de un sistema sanitario imperfecto.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

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