Muchas veces la población y los políticos no valoran la Sanidad ni a los profesionales sanitarios como se merecen, pero si todo el mundo pudiese ver cómo es la atención en cualquiera de las enfermedades que se tratan en un centro de salud, hospital, centro sociosanitario… su opinión cambiaría drásticamente. En el último número de Enfermería Facultativa podemos leer un reportaje sobre el ictus pediátrico, un evento extremadamente raro que sucede a 2 de cada 100.000 niños y niñas que nacen en España.
Cuando algo así sucede, un equipo multidisciplinar debe actuar muy rápido, porque cada segundo cuenta para salvar vidas. Y dentro de ese equipo, las enfermeras y enfermeros tienen un papel primordial para cuidar de los menores y apoyar emocionalmente a los padres y familiares que los acompañan. El ictus es una enfermedad en la que el tiempo es lo más primordial para evitar problemas mayores. Por eso, contar con protocolos estandarizados como el ‘Código Ictus’ puede ser vital para quien lo sufre. Es un auténtico orgullo ver cómo trabajan estos equipos en cuanto se activa la señal y cómo responden para que todo funcione como un engranaje perfecto.
Y conociendo su trabajo diario con los niños y niñas; viendo cómo, gracias a todos ellos, una vida puede salir adelante, es todavía más inadmisible que las administraciones decidan mirar hacia otro lado y no apostar por la Sanidad como de verdad hay que hacerlo. Tenemos que seguir luchando desde todas las organizaciones de profesionales y de pacientes porque el futuro de nuestra salud está en manos de quienes gobiernan y deben trabajar urgentemente para potenciar el número de profesionales. Sobre todo el de las enfermeras, pues seguimos estando muy lejos de los estándares europeos, con unas ratios muy bajas para poder atender a una población cada vez más envejecida y crónica.
Es momento de actuar y de proteger nuestro sistema sanitario, porque gracias a él, podemos vivir saludablemente.
Autor Florentino Pérez Raya
Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería