La visibilización de la profesión enfermera constituye una necesidad de una urgencia acuciante. La razón es simple. En esta vida de fugacidad informativa, de instantáneas a golpe de flashes y de clicks de mensajes que se suceden a todo marcha, lo que no se ve es como si no existiera, aunque exista. Y vaya que si existe. La enfermería, una de las profesiones del futuro por el avance de la cronicidad y el envejecimiento poblacional, está presente en todos los ámbitos de la sociedad pero debería estarlo más aún.
Su labor en colegios e institutos se antoja, por ejemplo, clave para prevenir trastornos alimentarios y enfermedades, y para proporcionar información de calidad sobre salud a los menores. De nada sirve pujar por una sociedad saludable si en las edades más tempranas son los profanos los que marcan las reglas de conducta sobre lo que es bueno y lo que no lo es. La figura de la enfermera escolar es, desde este punto de vista, imprescindible, y debe serlo aún más, aunque para ello haya que vencer las resistencias de autoridades miopes y cortoplacistas en el manejo de los recursos públicos. Imprescindibles son también, o deben serlo, en las empresas y en el manejo de la dependencia. En las empresas, porque pueden prevenir accidentes y problemas de salud de los trabajadores. Una espalda torcida, un calor sofocante o un dolor de cabeza mal manejados pueden dar lugar a bajas laborales innecesarias. Desde este punto de vista, el rol de la enfermería en la reducción del absentismo y en la mejora de las condiciones de trabajo se antoja también crucial.
En la dependencia y la atención a la cronicidad, huelgan los comentarios. Pocas profesiones como esta son tan imprescindibles para personas que no requieren ingreso hospitalario sino tan solo cuidados especializados. En algunas enfermedades neurológicas, la ejercitación del enfermo incipiente retrasa, por ejemplo, la patología y mejora su calidad de vida y la de los familiares. El aumento de la visibilización enfermera requiere de políticos y sociedad valoren por igual la importancia de esta profesión. Todo ello pasa también por extender y potenciar su rol en el propio Sistema Nacional de Salud. Que falten enfermeras en atención primaria, clama al cielo. Que no haya suficientes enfermeras especializadas en las Unidades de Cuidados Intensivos, también, visto con la perspectiva de la pandemia. Y que aún existan cortapisas a la atención domiciliaria por culpa de burocracias o falta de profesionales es ya la punta del iceberg del surrealismo. Tampoco lo es que la prescripción alternativa o enfermera no se haya extendido con uniformidad por todo el país.
El vacío legal que rodea aún la dispensación de algunos fármacos que practican a diario estas profesionales carece de justificación alguna a estas alturas de siglo. No se trata de rivalizar con ninguna profesión, sino de procurar a la sociedad la atención que necesita y que se merece con los mejores medios posibles.
Preguntas con respuesta
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- ¿Qué multinacional farmacéutica está sufriendo una avalancha de bajas laborales por el ambiente que se respira dentro de la empresa?
- ¿Qué conocido personaje del Ministerio reniega de la época de Carolina Darias y sostiene que hay que hacer tabula rasa con la mayor parte de la labor que hizo la canaria?
- ¿Qué consejero del PP cae muy bien entre sus compañeros de partido por sus dotes comunicativas y su talante?
Autor Sergio Alonso
Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN