La izquierda noquea a la derecha con la falsa privatización

La campaña para las elecciones del 28-A arrancó sorprendentemente timorata. Sin embargo, ha bastado el paso de unos días para que comenzara a radicalizarse. Como si de púgiles en un cuadrilátero se tratase, los contendientes en liza han pasado a la acción y a propinar golpes bajos a sus rivales tras dejar pasar un par de asaltos de mero tanteo, sin ni siquiera zarandearse. En Sanidad, los partidos de izquierdas sueltan ahora ganchos a sus rivales con el tan cacareado como falso fantasma de la privatización, mientras sus seguidores repiten incesantemente el mantra y sacan a la vez la bandera de la eutanasia para intentar hacer ver a los espectadores que bajo el mandato del PP los pacientes morían en medio de terribles dolores y de una manera indigna.

Como ha ocurrido en otras contiendas electorales, los púgiles de la derecha combaten temerosos y se defienden a duras penas sin mostrar táctica ni estrategia alguna con la que vencer en la pelea sanitaria. Sorprende su desorientación, dada la falsedad que se esconde en muchas de las acusaciones, porque el ataque tiene, además, una réplica fácil, y en Andalucía hay datos suficientes como para poder darla. ¿Ha privatizado la Sanidad o tiene intención de hacerlo el PP? Claramente, no. Los mismos que repiten la cantinela son los que antaño, cuando irrumpieron las Fundaciones de Alcorcón y Manacor, y el Hospital de Alcira, decían que a los enfermos se les obligaría a pasar la tarjeta de crédito para ser atendidos. ¿Qué rédito obtendría un partido que privatizase la Sanidad pública? Ninguno.

Obviamente, los electores se enfadarían y le darían la espalda en las elecciones. ¿Funcionan peor los modelos de gestión privada de la Sanidad pública? No. Funcionan mejor porque no están sujetos a rigideces administrativas y los recursos se optimizan. Con menos personal hacen mucha más actividad, como evidencia tras la reversión el modelo Alcira. Además de ser más barato, este modelo publi-privado, que no privatizado, presta mejor servicio a los ciudadanos y recompensa el esfuerzo de los profesionales sanitarios, en vez de penalizarlo.

Ni en el pasado ni en la actual campaña el PP está sabiendo contrarrestar estas falacias, y así le va. En Andalucía, donde rigió el modelo público por excelencia que supuestamente propugna el PSOE, los pacientes son los que peor atención han recibido de toda España. Baste decir que 500.000 de ellos fueron “curados” milagrosamente mediante el vergonzoso método de no incluirles en lista de espera para que no hincharan las estadísticas. ¿Es este el modelo sanitario que propugna la izquierda? ¿Defienden estos partidos fórmulas como la del subastazo, que privaba a los andaluces de fármacos de los que sí se benefician otros pacientes? ¿Se ha enterado alguien de que el PSOE destinaba a la Sanidad en el fallido proyecto de Presupuestos el mismo raquítico porcentaje del 6% del PIB que venía dedicando el PP en época de vacas flacas?

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué directiva de un laboratorio es menospreciada por sus compañeros de otras compañías por sus ideas peregrinas con respecto al pacto de contención del gasto suscrito con el Gobierno?

¿A qué alto cargo del Ministerio le gusta ausentarse de muchas reuniones y poner al frente de las mismas a un subordinado?

¿Qué padre de un directivo de la industria quiere que Humberto Arnés siga como director general de Farmaindustria durante éste y el próximo mandato? ¿Por qué?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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