Por el primer Nobel enfermero

Vocación, sacrificio, humanidad, dedicación… Son todas ellas cualidades que definen a una buena enfermera. Hay muchas personas que no han dejado una huella en la historia, ni los libros de texto, pero quizá han dejado un legado imborrable en un lugar o han cambiado la vida a miles de seres humanos. Hay muchos casos de enfermeras y enfermeros que serán recordados por las gentes a las que entregaron sus mejores años o la vida entera, pero ha llegado el momento de que su figura no quede en el olvido. Dos ejemplos de esa forma de vivir la profesión son las enfermeras austriacas Marianne Stöger y Margaritha Pissarek. Unas mujeres que dejaron atrás una vida acomodada para pasar cuatro décadas en una remota isla asiática repleta de personas enfermas de lepra. 

Estas dos mujeres valientes y entregadas han sido propuestas por la Asociación Coreana de Enfermería como candidatas al Premio Nobel de la Paz. Si llegaran a recibir el galardón, que nunca ha recaído en una enfermera, la Academia sueca estaría lanzando un importante mensaje al mundo entero. Un mensaje de solidaridad, de tolerancia, de respeto y serviría para poner en valor del trabajo que en muchos rincones del mundo hacen enfermeras y enfermeros anónimos, sin hacer mucho ruido, callados, sin querer protagonismo alguno. Ha llegado la hora que, personificado en Marianne y Margaritha, el trabajo enfermero sea reconocido por todos. Las enfermeras austriacas son mayores y tienen algunos problemas de salud. Es el momento de conceder este premio yara eso hace falta que un millón de personas apoyen la candidatura. Puede que no haya muchas oportunidades más para que el trabajo de estas dos enfermeras sea reconocido con el premio más prestigioso. En la isla de Sorok, donde trataron como seres humanos a los que no eran sino unos apestados sociales -unos marginados sin derechos ni futuro-, siempre se recordará la labor encomiable de las dos jóvenes europeas pero debemos luchar porque su luz siga brillando y sean ejemplo para todas las compañeras, especialmente las más jóvenes. Toda nuestra admiración para Marianne y Margaritha, la enfermería española os reconoce vuestro esfuerzo.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

1 Comment

  1. Monica Edith Orozco Medina

    Creo que si merecen ese premio pusieron hasta su vida en peligro serían un ejemplo para todas las enfermeras

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