Las Navidades son de esos momentos de cada año que no dejan indiferente casi a nadie. Para muchas personas representa una época de inusitada felicidad e ilusión. En otros casos, domina la nostalgia o la pena por los que ya no están. Y existen dos colectivos que se enfrentan a estas fechas en circunstancias especiales, unos son los pacientes ingresados o con cualquier patología severa y luego están los profesionales sanitarios, especialmente los enfermeros que están siempre a pie de cama 24 horas los 365 días del año. Unos y otros pasan juntos las fechas señaladas alejados de sus seres queridos. Entonces surge una relación especial, una hermandad en la que desconocidos se apoyan y se desean lo mejor: un trabajo feliz y estable para los enfermeros y una pronta recuperación para los enfermos.
A veces el acompañamiento y unas buenas palabras tienen más efecto terapéutico que un medicamento. Y dentro de la población hay unos pequeños pacientes con los que las enfermeras y los enfermeros de toda España se vuelcan especialmente. Por los niños –aunque no olvidemos también a los más mayores- se organizan funciones, fiestas, se montan belenes y se decora para que el entorno sea alegre y divertido. Cuando desde las gerencias de los hospitales y los gabinetes de comunicación se organizan las visitas de los Reyes Magos o de futbolistas o cantantes famosos para repartir regalos, esos niños olvidan por un tiempo el dolor, la soledad o las pruebas. En el instante en que sus ídolos les dan un abrazo y un juguete, los menores desaparece por un rato la envidia hacia sus amigos, esos que van al colegio con normalidad y duermen en sus casas con sus padres y hermanos. Ahora ellos se sienten especiales. La sensibilidad de las enfermeras contribuye a ese clima generalizado de ilusión y optimismo.
Quisiera hacer un reconocimiento especial a la profesionalidad de los miles de enfermeros que han trabajado en Nochebuena, Navidad, Año Nuevo o la noche de Reyes. A los que no pueden estar con sus familiares, pero comparten unas uvas y un brindis con su otra familia, la familia enfermera, sus compañeros. Gracias por estar ahí siempre.
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