Parte 1. Introducción
Lo primero que tendríamos que hacer para poder cuidar de una forma integral es pensar en el paciente como una persona, es decir borrar el adjetivo de paciente y poner el calificativo de persona. Los humanos tenemos tres aspectos a valorar desde un punto holístico que son el físico, el emocional y el espiritual . Nosotros los sanitarios debemos tener en cuenta los tres y darle el valor y el respeto que cada uno tiene.
Hasta hace unos años cuando un paciente llegaba a la puerta de un hospital nuestra única preocupación era su dolencia física , conocer el diagnóstico y el tratamiento más adecuado. Pero con los años nos hemos dado cuenta de que no sólo esto cubre sus necesidades para devolverle la salud y la serenidad que necesita, sino que debemos conocer su estado emocional , preocuparnos por crear un ambiente seguro y tranquilo adecuado a sus necesidades y del mismo modo respetar sus creencias espirituales ya que pueden afectar en muchos sentidos dentro de su estancia en el hospital, desde las comidas que puede comer o incluso las horas de descanso.
Claude Lévi-Strauss ( antropólogo francés del sigolo XX), define muy bien el Humanismo en su reflexión más conocida “Un Humanismo bien ordenado no comienza por sí mismo, sino que coloca el mundo por delante de la vida, la vida delante del hombre y el respeto por los demás delante del amor propio”.
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