Todo se ha hecho mal ante los rebrotes

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la piedra y si se trata de este Gobierno, lo normal será que lo haga no una ni dos, sino decenas de veces, por más que le señalen el obstáculo que tiene delante.

Al igual que sucedió durante el estallido de la pandemia, los rebrotes de este verano han cogido a la administración absolutamente desprevenida. En marzo, el Ministerio de Sanidad hizo caso omiso a todas las alertas internacionales, ignoró lo que ocurría en Asia e Italia y, en un alarde de incompetencia sin precedentes, no tomó medida alguna hasta la declaración del estado de alarma. El resultado fue el que todos conocemos: nuestro país se situó en esta primera fase a la cabeza mundial de muertes por Covid-19 y batió récords de sanitarios infectados, obligados a enfrentarse al virus sin medidas de protección. Con los rebrotes de julio y agosto ha sucedido lo mismo.

En unas semanas, el Gobierno pasó del control absoluto a la dejación más plena, traspasando a las autonomías la responsabilidad de unas medidas de control que deberían haber sido coordinadas y reforzadas por el Estado. Esta pasividad ha allanado el camino para la multiplicación de los contagios y una mayor destrucción de la economía, al infectar la gallina de los huevos de oro del turismo. ¿Qué ha hecho mal el Ejecutivo y, más particularmente, el departamento de Salvador Illa para que, como decía Nietzsche, la historia sea cíclica? Todo.

Este verano siguen sin hacerse pruebas masivas de detección, por más que Sanidad venda el crecimiento de las PCR practicadas. Tampoco hay rastreadores, ni normas efectivas que obliguen a tenerlos, y los aeropuertos, como bien denunció Madrid, han sido un auténtico coladero. Hay casos de turistas infectados que después de entrar libremente por Barajas han circulado hasta tres y cuatro días por la capital hasta que han acudido al hospital al agudizarse sus síntomas de COVID-19, obligando a los sanitarios al imposible de localizar a todos los contactos y a los pasajeros que le acompañaban en el avión.

También se ha seguido la política de manga ancha con el ocio nocturno y se ignoró la peligrosidad de la transmisión a cargo de los temporeros. ¿Cuál ha sido el resultado? Una combinación de infección comunitaria e importada que ha vuelto a situar a España a la cabeza de los rebrotes en Europa, llevando a la mayor parte de los países a desaconsejar los viajes a nuestro país. No acaban aquí, sin embargo, los errores. A pesar de lo que ocurrió durante la primera oleada, Sanidad ha tardado cinco meses en activar los primeros pasos para el desarrollo de una reserva estratégica de materiales y equipos de protección. Hasta finales de julio no hizo público el imprescindible acuerdo marco para la compra y encima, se han impuesto condiciones tales que las empresas españolas quedarán excluidas de la licitación. Lamentable.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué miembro de una candidatura a la presidencia del Icomem avalada por una empresa de mal nombre en el sector figuraba como candidato a la Comisión Deontológica de la OMC propuesto por una ex directiva de este colegio que hundió la reputación de la corporación al nivel más bajo de su historia?

¿Qué alto cargo del Ministerio apenas habla en las reuniones y traslada su nerviosismo a sus subaltenos empleando a veces malas formas? ¿Por qué?

¿Qué alto cargo del Ministerio es conocido en el sector que está bajo su ámbito de competencia con el apodo de El Rojo?

¿Qué corporación tiene redactada una querella criminal contra el Gobierno, pero no se atreve a presentarla? ¿Qué dos personajes frenan su interposición?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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