De principiante a experta

Tras  un año muy largo de estudio para conseguir una plaza EIR, aquí estoy, ¡como residente de enfermería pediátrica! En un ámbito totalmente nuevo para mí, sin haber tenido contacto previo con la pediatría. Pero… tengo que reconocer que lo nuestro ha sido un auténtico flechazo, y que ahora entiendo lo que muchas enfermeras me decían: cuando trabajes con niños no vas a querer trabajar con adultos.

En los tres meses que han pasado desde que empecé la residencia, que dura dos años,  he podido aprender mucho, pero soy consciente de que todavía me queda un largo camino por recorrer para poder acercarme un poquito al nivel de las compañeras. Enfermeras que con paciencia y dedicación nos ayudan a conocer el mundo de la enfermería pediátrica. Reconozco que es un auténtico lujo contar con profesionales del más alto nivel, con formación sólida y con  años de experiencia en pediatría.  Nos apoyan y enseñan, pese a todo, ya que en muchos casos no han tenido la posibilidad de acceder a la especialidad y en muchos otros, todavía están esperando para poder realizar la prueba objetiva de evaluación de la competencia para poder acceder al título de especialista.
BABYAl recordar los primeros días, o más bien primeras semanas, como novata, totalmente perdida y sin ninguna experiencia, no puedo evitar acordarme de Patricia Benner y su teoría: “de principiante a experta”. Dicha teoría explica las fases por las que pasa una enfermera desde que se enfrenta a una nueva situación laboral, como principiante, hasta que alcanza el grado de experta, es decir, cuando domina totalmente la situación.

PRINCIPIANTE: la persona que es principiante no tiene ninguna experiencia previa de la situación a la que debe enfrentarse.

 PRINCIPIANTE AVANZADA: es la persona que puede demostrar una actuación aceptable, por lo menos parcialmente, después de haberse enfrentado a un número suficiente de situaciones reales, o después de que un tutor le haya indicado los elementos importantes recurrentes de la situación.

 COMPETENTE: aprendiendo de las situaciones reales de práctica e imitando las acciones de los demás, la principiante avanzada, pasa al estadio competente, que se caracteriza por una planificación consciente y deliberada que determina los aspectos de las situaciones actuales y futuras que son importantes o no. El nivel de eficiencia aumenta.

 EFICIENTE: la persona es capaz  de reconocer los principales aspectos  y posee un dominio intuitivo de la situación a partir  de la información previa que conoce. Las enfermeras están más seguras de sus conocimientos y habilidades,  estando más implicadas con el paciente y su familia.

 EXPERTO: la enfermera experta posee un dominio intuitivo  de la situación y es capaz de identificar el origen del problema sin perder tiempo en soluciones y diagnósticos alternativos.

El desarrollo real de esta teoría, en todos los ámbitos de la enfermería, constituiría un gran avance y una garantía, tanto para los profesionales, que no estaríamos expuestos a la constante incertidumbre e inseguridad que supone no saber en qué servicio nos va a tocar trabajar, y a no tener la oportunidad de conocer el tipo de pacientes ni sus necesidades de cuidados, como para los pacientes que podrían recibir cuidados de mayor calidad, si cabe, mejorando a su vez la seguridad de ambos, de los pacientes y de los profesionales.

Mi intención es acercaros el día a día de mi experiencia como residente, y poder compartir mi evolución de principiante a experta, ¡bienvenidos!

Eva Puebla Nicolás

Autor Eva Puebla Nicolás

Diario de una residente de enfermería pediátrica

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