Enfermeras, imprescindibles

La rueda de prensa celebrada el 20 de septiembre ha servido, por un lado, para constatar que las enfermeras son imprescindibles y, por otro, para denunciar la alarmante escasez de enfermeras que presenta la totalidad de las comunidades autónomas que forman España. Un dato que compromete de forma drástica la salud de todos los ciudadanos.

Para corroborar estas dos afirmaciones hemos presentado las ratios nacionales por comunidades y provincias de cómo se encuentra la situación enfermera en relación con los países europeos. Y hemos llegado a la conclusión de que España está a la cola de Europa en el número de enfermeras, mientras que estamos por encima de la media en el número de médicos. Esto se debe a que el modelo en Europa difiere, mientras allí hay un 70% de enfermeras y un 30% de médicos, en nuestro país la proporción es 60% de enfermeras y 40% de médicos y, recordemos que Bélgica, el país con mejores datos enfermeros tiene un 85% de estas profesionales frente a un 15% de médicos.

Con todos estos datos sobre la mesa, se puede decir claramente que España necesita, de media, más de 95.000 enfermeras para llegar a los datos de nuestros vecinos. Y es que, esta escasez de enfermeras, el déficit estructural que existe en todo nuestro sistema sanitario, pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, lo que conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos e incluso fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años.

De hecho, el número de pacientes que tiene que atender cada enfermera o enfermero, tanto en los hospitales como en los centros de salud y centros sociosanitarios, duplica e, incluso, triplica las cifras recomendadas para poder garantizar la calidad y seguridad asistencial en todo momento. A esto hay que sumar las graves diferencias entre regiones, que pone en cuestión el principio de equidad en el que se basa nuestro sistema sanitario, pues es imposible que se pueda prestar la misma atención con la mitad de enfermeras, como sucede en Murcia o Pontevedra en relación con Navarra.

Todo este análisis nos lleva a volver a incidir en que es preciso elaborar un informe de necesidades reales de enfermeras en el que no sólo se tenga en cuenta los datos y cifras que hemos expuesto aquí en relación con las ratios nacionales y europeas. También es preciso considerar qué población tenemos que atender en relación con su envejecimiento, la natalidad, la dispersión geográfica o qué enfermeras especialistas debemos formar.

Llevamos insistiendo desde hace años en la grave escasez de enfermeras que sufre nuestro país, pero todo ello se ha visto exacerbado con la pandemia. Aunque haya muchos que quieran negarlo, nuestro sistema sanitario colapsó en los peores momentos del COVID-19. La falta de enfermeras obligó a contratar a estudiantes de Enfermería, compañeros que no estaban en la atención directa tuvieron que ponerse nuevamente al pie del cañón, se cerraron consultas, se trasladó a todo el personal posible a ámbitos tan específicos como cuidados críticos… Parches para resolver la crítica situación que vivíamos. Parches de los que ya parece que se han olvidado.

La dejadez de los políticos, el hastío de los profesionales y, en definitiva, el negro futuro que le espera a los ciudadanos sin los cuidados expertos de las enfermeras nos ha llevado a elaborar un plan de visibilidad para que todos, políticos, profesionales y toda la sociedad sean conscientes de lo que es una enfermera y de los riesgos de no contar con los cuidados necesarios.

Nuestra primera acción fue la manifestación que convocamos el pasado 18 de junio, en el seno de Unidad Enfermera, en la que más de 8.000 enfermeras llegadas de toda España, clamaron contra la indiferencia de nuestros políticos, de todos aquellos que niegan el progreso de nuestra profesión y en la que precisamente la escasez de enfermeras fue una de las reivindicaciones más destacas.

Pero ese plan de visibilidad va mucho más allá. Y hoy presentamos otro de los grandes hitos que acordamos en la asamblea general de presidentes. Se trata de una campaña en medios de comunicación, en televisión, cine y redes sociales, con el objetivo de comunicar a la sociedad y a las autoridades de forma eficaz algo que parece que no tienen claro del todo, ni siquiera con la pandemia de por medio: cuán esenciales son las enfermeras para el sistema sanitario, qué competencias tienen y qué consecuencias implica no cuidar a los que cuidan.

Este es un anuncio de toda la Organización Colegial, de todas las enfermeras, con el que esperamos que se sientan identificadas, un golpe de realidad sobre lo que es un profesional de Enfermería en pleno siglo XXI, una película que transmite tanto profesionalidad como humanidad y en la que hemos trabajado mucho porque entendíamos que no podíamos esperar más. Hay que dar continuidad a nuestras luchas, que no se olviden de nuestras reivindicaciones, que se ponga fin a la burla de las palmaditas en la espalda y la condescendencia, de las palabras vacías.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

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