Este 12 de mayo, Día Internacional de las Enfermeras, por primera vez, no hemos podido celebrar actos ni organizar reuniones presenciales de ningún tipo. La dramática situación queatraviesa España, y el mundo entero, nos está obligando a dar el doscientos por cien, y sólo nos queda tiempo para seguir luchando, procurar restablecer la salud de los pacientes y salvar el mayor número de vidas posible. Porque estamos ante la mayor emergencia sanitaria de la historia reciente.
La pandemia por COVID-19 supone una catástrofe sin precedentes para el mundo entero. Más allá del coste económico, ha tenido y está teniendo un coste moral, anímico y personal para las personas que han padecido la enfermedad y para los miles que han perdido a un ser querido. Un sufrimiento y unas muertes que no han sido ajenas a nuestra profesión: habéis sido decenas de miles las que os habéis contagiado por enfrentaros a esta enfermedad sin contar con las medidas de seguridad necesarias.
El virus también os ha robado a amigos, familiares e incluso compañeros. Hasta el momento cuatro enfermeras y enfermeros han fallecido como consecuencia del COVID-19. Sin embargo, lejos de dejaros amedrentar por el miedo o la incertidumbre, os habéis mostrado como la profesión excelente que sois, dedicada a vuestros pacientes en cuerpo y alma. Os habéis alzado como un ejemplo para toda la ciudadanía, esos que cada tarde salen a sus balcones a aplaudir vuestra entrega y dedicación.
Desde el minuto uno, las enfermeras y los enfermeros habéis permanecido y permanecéis en la primera línea de la batalla contra este virus mortal, sin dejar de dedicar un solo minuto de vuestro tiempo a cuidar a todos los pacientes que lo han necesitado, y a salvar vidas. Seguís ahí cada día, a pesar del dolor acumulado tras ver morir a tantos pacientes y la frustración de no poder llegar a darles más, porque es humanamente imposible, a pesar de todos los turnos que habéis doblado y las jornadas interminables, sin pausas ni descansos, para no dejar de atender a nadie.
No podemos celebrar nuestro día como nos hubiera gustado, pero sí podemos mirar hacia atrás y constatar que nuestra profesión, no sólo ha estado a la altura, sino que se ha mostrado imprescindible para poder plantar cara a la pandemia. Muchas gracias por todo.
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