Gripalizar el COVID para frenar la sangría de votos

En su soberbio libro “Así se domina el mundo”, el coronel del Ejército de Tierra Pedro Baños emplea los términos “prementira”, “multimentira” o “plurimentira” para definir la nueva era de desinformación que subyuga ahora al ser humano. Todos ellos significan, básicamente, que la información que le llega al público no es, en realidad, más que una falsedad disfrazada de verdad con el fin de tenerlo confundido.

A esta nueva forma de propaganda es a la que se está agarrando el Gobierno para desplazar del foco mediático todo lo que rodea a la pandemia y librarse así del duro desgaste electoral que le ocasiona, como ha podido comprobarse en los comicios autonómicos de Galicia, Madrid y Castilla y León. Desde hace semanas, diversos miembros del Ejecutivo y, de forma particular, el Ministerio de Sanidad, vienen allanando el camino para ello.

La idea lanzada es que el  COVID-19 se está gripalizando con la generalización de los contagios y el descenso de la letalidad gracias al poder preventivo de las vacunas. Se trataría, así, deslizan, de un virus más, y como tal debería ser tratado, algo que es cierto en parte y que resulta, por tanto, difícil de refutar.

Las huestes afines apuntalan esta tesis en los debates públicos y a resultas de ello el Gobierno ha empezado a actuar. ¿Cómo? Aplicando al SARS-CoV-2 el mismo tratamiento que al virus de la influenza: el apagón informativo. En breve, el Ministerio de Sanidad dejará de notificar a diario los casos de COVID y, sobre todo, las muertes generadas por la enfermedad.

En principio, sólo lo hará dos veces por semana, pero con el tiempo irá espaciando la información y llegará un momento en el que sólo se pueda obtener accediendo a una web, igual que sucede con la gripe. Se trata aquí de aplicar el principio de que sólo existe aquello de lo que se informa. Si no se habla de ello, no sucede, aunque España acumule ya más de 100.000 muertes y vea suceder las olas.

El “hemos vencido al virus” y “salimos más fuertes” que vendía el presidente del Gobierno Pedro Sánchez en el verano del primer año pandémico se traducirá ahora en un silencio inducido por las autoridades que irá creciendo a medida que nos acercamos al periodo electoral.

El cambio de rumbo o de estrategia del que habla la ministra Carolina Darias consistirá básicamente en eso, y tendrá su punto álgido con la eliminación de las mascarillas en interiores, decisión que se hará pública cuando mejor convenga a los intereses políticos, no a los epidemiológicos. Naturalmente, todo esto irá revestido del adorno necesario para poder otorgarle crédito.

Algunas sociedades científicas afines ya han empezado a proporcionar al proyecto un barniz de credibilidad. La estrategia es, en realidad, una estratagema en busca de los votos perdidos.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué laboratorio está haciendo bandera con el medio ambiente para acabar en realidad con los inhaladores de otro laboratorio de la competencia y hacerse con todo el mercado?

¿Qué médico está siguiendo el juego a ese laboratorio y ha empezado a usar al Consejo General de Médicos para lograr el objetivo?

¿Por qué no hace uso el Ingesa de la reserva estratégica de materiales que él mismo creó para hacer frente al COVID-19?

¿Cuándo va a anunciar su marcha Vicenç Martínez, director general de Ordenación Profesional, del Ministerio de Sanidad?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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