Enfermera con semblante serio con EPI puesto en hospital

Las listas de espera demuestran que la sanidad estalla

Las listas de espera para consultas externas e intervenciones quirúrgicas constituyen una herramienta de primer nivel para medir la eficiencia real de un sistema sanitario. Cuando las demoras y el número de enfermos que aguardan una cirugía se disparan significa que algo va mal. Unas veces la culpa de ello es la falta de presupuestos. Otras, la carencia de sanitarios, y en algunos casos -más de los que podría creerse- una deficiente gestión. Cuando la cifra de afectados y el tiempo de espera son bajos, significa que la organización sanitaria está bien engrasada y no adolece de alguna de las tres dolencias anteriores.

¿Cómo va la Sanidad española, a la vista de los últimos datos publicados por el Departamento que dirige Carolina Darias, correspondientes al primer semestre de este año? Va muy mal. Como ya es sabido, el número de pacientes en espera de una operación ha vuelto a batir el récord histórico, y asciende ya a 742.518. Los más optimistas esgrimirán, y resulta cierto, que más importante que dicho número es en realidad el tiempo medio de espera, aspecto en el que sí se aprecia una cierta mejora con respecto a finales del pasado año. En concreto, el tiempo medio que hay que aguardar para una cirugía en cualquiera de las especialidades ha bajado en 10 días, al pasar de los 123 días de diciembre de 2021 a los 113 de junio de este año. Ahora bien, ¿es razonable un plazo semejante, que equivale a 3,7 meses?

Desde luego que no, aunque hay autonomías que se llevan la palma del suspenso, como Aragón y Cataluña, con 151 días de demora ambas o, lo que es lo mismo, más de cinco meses. Para medir en su justa dimensión la gravedad de estos datos hay que saber cuál es el cómputo real de una operación. La información oficial lo mide cuando el especialista la prescribe. Sin embargo, el vía crucis del enfermo empieza desde que trata de llegar a la consulta de atención primaria. En algunas regiones ya es de ocho días. Después, tiene que lograr la derivación al especialista, y para esto se tarda en España una media de 79 días, aunque en feudos como Andalucía y Canarias se eleva a 107 y 101 días, respectivamente.

Si sumamos el tiempo que se tarda en la realización de pruebas calibraremos en su justa medida la dimensión de este problema y la gravísima situación que atraviesa la Sanidad pública en España. La denostada Madrid es, junto con el País Vasco, la excepción a esta regla, lo que demuestra que con dinero, imaginación o una gestión ajena a los sectarismos que emplea todos los recursos al alcance -incluidos los de Sanidad privada- la mejora es posible. El Gobierno debería tomar nota y el PSOE, tirar de las orejas a sus autonomías, porque con las peores junto con Cataluña.

Preguntas con respuesta

-¿Qué dos graves demandas judiciales ajenas a la Sanidad pesan sobre un alto cargo de una importante Consejería autonómica?

-¿Qué gerente de hospital es el ojito derecho de Isabel Díaz Ayuso?

-¿Qué laboratorio farmacéutico intenta influir en la elección de un dircom que analiza una empresa de “cazadores de talentos”?

-¿Qué conocida organización del sector busca director de relaciones institucionales?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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