Las grandes prioridades de la profesión enfermera

A pesar de las buenas intenciones mostradas hasta ahora por el Ministerio de Sanidad, la lista de reivindicaciones de la profesión enfermera sigue siendo aún abultada un año después de que Mónica García llegara a su actual cargo. Obviamente, la primera de todas las necesidades de este colectivo es el aumento de las plantillas. Florentino Pérez Raya, el presidente del Consejo, ha insistido por activa y por pasiva en que el déficit actual podría ser de unos 123.000 trabajadores de este ámbito en el Sistema Nacional de Salud. De hecho, España apenas contabiliza 6,3 enfermeras por cada 100.000 habitantes y se mantiene a la cola de Europa en este negro apartado. ¿Cómo arreglarlo? Con voluntad política a nivel estatal y autonómico y, desde luego, con más presupuesto, y sin sobrecargar el trabajo actual de las plantillas con colectivos extra como el adscrito a Muface, porque la muerte del mutualismo administrativo, si es que finalmente se produce, podría representar la puntilla para los empleados del sistema público.

Las otras prioridades que tiene la profesión son lograr el grupo A unificado de la Administración, por un lado, y que se modifique, por otro, la Ley del Medicamento, con el fin de que se reconozca a las enfermeras como prescriptoras, al igual que otras profesiones sanitarias como los podólogos o los odontólogos. Particularmente interesantes son en este sentido las conversaciones iniciales mantenidas con representantes del Ministerio, y con los diferentes partidos y grupos parlamentarios, aunque es necesario que lleguen a buen puerto y se traduzcan en hechos concretos. Sobre todo, porque es de justicia. La existencia de un grupo A que englobe a todos los graduados sanitarios erradica la antigua y anacrónica distinción entre diplomados y licenciados que no existe desde Bolonia, y no debe demorarse.

La modificación legislativa que despeje cualquier duda a la indicación, uso y autorización de la dispensación de medicamentos por parte de las enfermeras tampoco debe hacerlo, con el objetivo de evitar innecesarias fricciones profesionales y validar definitivamente actuaciones que se vienen produciendo de forma regular en la práctica clínica. Hacerlo despejaría las posibles dudas suscitadas, que se han materializado en recursos ante los tribunales, pese al consenso alcanzado en torno a las guías por la Comisión de Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial y el aval de las autoridades oficiales.

Una última reivindicación importante, aunque no la única, es el espaldarazo definitivo a las especialidades profesionales, con vinculación al puesto de trabajo, creando las categorías que todavía no están desarrolladas y fijando también bolsas y convocatorias de plazas específicas. El logro de todas estas iniciativas colmaría una histórica aspiración profesional, pero redundarían en una mejora de la atención que reciben los pacientes y supondría un espaldarazo a la que será una de las profesiones estrella del futuro, a la vista del envejecimiento de la población y la cronificación de las enfermedades.

Preguntas con respuesta

  • ¿Qué hospital se va a volcar con el candidato a las elecciones de una conocida corporación profesional? ¿Por qué?
  • ¿Qué líder de la sanidad privada tenía razón desde el primer momento sobre las verdaderas intenciones de Mónica García con respecto a este sector?
  • ¿Qué mujer asidua a actos sanitarios se coloca en lugares preferentes en las mesas retirando la placa de la persona que debía sentarse en el hueco que ella decide ocupar?
  • ¿Qué persona trata de ser dircom de una compañía farmacéutica en la que ha habido una baja sonada que apenas ha trascendido?
Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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