El cerebro. Ese órgano indispensable. El que nos permite sentir, reír, llorar, disfrutar, aprender, movernos, expresarnos. El centro de nuestras emociones y el motor de nuestra creatividad.
Su capacidad de adaptación es asombrosa, moldeándose con cada nueva enseñanza. Y, sin embargo, sigue siendo un enigma en muchos aspectos. ¿Cómo se forman realmente los sueños? ¿Dónde reside la conciencia?
Su innegable importancia hace que cuidarlo sea un esencial en nuestro día a día, evitando que su deterioro afecte a nuestro funcionamiento y actividades cotidianas.
Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, frutos secos, semillas, pescado azul, huevos, chocolate o té verde, entre otros, nos aporta antioxidantes, vitaminas y grasas saludables que beneficial al cerebro.
Además, el descanso es clave: mantener un sueño reparador es fundamental para la salud mental y el rendimiento cognitivo.
Las actividades cognitivas, como la lectura, los juegos de estrategia o los ejercicios de creatividad, estimulan el cerebro y lo mantienen activo. Y no olvidemos que las relaciones sociales, que también desempeñan un papel crucial en su ejercicio y bienestar.
Por último, pero no menos importante, el ejercicio físico es un gran aliado. Caminar, correr, nadar o practicar disciplinas que combinan cuerpo y mente, como el yoga o el taichí, contribuyen a su óptimo funcionamiento. Recuerda: Mens sana in corpore sano.
¿Y tú, estás cuidando tu cerebro?
*Por Tamara Jiménez Castellanos, enfermera clínica y de investigación HM CINAC
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