El 12 de mayo celebramos el Día Internacional de las Enfermeras. Una fecha en la que se conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, considerada como la creadora de la enfermería moderna. En este día, desde la Organización Colegial de Enfermería queremos hacer llegar a la sociedad y a los poderes públicos nuestras reivindicaciones como profesión.
Sin enfermeras no hay salud, sin salud no hay futuro
España necesita más de 95.000 enfermeras para equipararnos a las ratios por habitantes que hay en los países de nuestro entorno. Existe un déficit estructural en todo el sistema sanitario que pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan
ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años.
Sobrecarga asistencial
La escasez de enfermeras también genera una sobrecarga asistencial que vivimos como algo normalizado en nuestro día a día, cuando se trata de una situación que debería ser excepcional, y que pone en peligro la seguridad de las enfermeras y de los pacientes.
Precariedad laboral
Una gran parte de la profesión tiene que convivir con contratos precarios de días e incluso horas y condiciones indignas, llegando a acumular cientos de contratos laborales en un mismo año. Unas lamentables condiciones que durante años han obligado a miles de profesionales a mudarse a otras comunidades autónomas o a otros países para poder trabajar de manera estable y digna. Una fuga de talento enfermero que ha sido muy bien aprovechada por todos estos países.
Salud mental
Todo ello afecta de lleno a la salud mental de las enfermeras: ansiedad, depresión, miedo, son situaciones que dicen vivir a menudo un porcentaje muy alto de compañeros y compañeras. Hace un año, la Organización Colegial de Enfermería llevó a cabo una macroencuesta que mostraba que el 85% de las enfermeras ha visto afectada su salud mental por la pandemia planteándose incluso abandonar la profesión. Un tercio de las encuestadas (33%) reconocía haber sufrido depresión, 6 de cada 10 confirmaban haber padecido insomnio (58,6%) y algo más de dos terceras partes ha tenido episodios graves de ansiedad (67,5%).
Reconocimiento del grupo A sin subgrupos
Resulta también inaceptable que con un título de grado como el de Enfermería no se tenga el mismo nivel A, sin subgrupos, que el resto de las titulaciones de Grado, la mayoría de ellas con formación académica idéntica a la nuestra. Está más que claro que existen intereses corporativistas para que sigamos perteneciendo al grupo A2 y mantener así un techo de cristal que nos impida crecer como gestores y acceder a puestos de máxima responsabilidad para los que estamos sobradamente preparados y preparadas. Movimientos que son clasistas porque cuando se trata de otros profesionales (como los economistas, abogados, biólogos, periodistas…) no tienen objeción, aunque ambas titulaciones tienen idénticos créditos académicos que la nuestra.
Lucha contra las agresiones
Las enfermeras no somos responsables de los males del sistema, de las demoras en la atención, de la falta de recursos, de no poder atender sus expectativas. De hecho, también sufrimos todos esos problemas de nuestro sistema sanitario. Pero familiares y pacientes, en ocasiones, pagan su frustración en forma de agresiones, ya sean verbales, en forma de insultos o amenazas, e incluso físicas.
Sólo en 2021 se registraron un total de 1.629 agresiones a enfermeras. Algo totalmente inaceptable.
Prevención de riesgos laborales
Más allá de las agresiones, los mayores riesgos laborales a los que se enfrentan las enfermeras son los pinchazos accidentales, con los que pueden contraer enfermedades graves como el VIH/Sida o la hepatitis B; el manejo de medicamentos peligrosos que provocan cáncer o problemas en la reproducción humana; carga excesiva de trabajo e incluso problemas de conciliación.
Techos de cristal
Los techos de cristal y la escasa representación de la profesión en los puestos de decisión parecen demostrar que hablar de una profesión centrada en los cuidados no tiene valor”. ¿Por qué una enfermera no puede ser consejera, directora general o dirigir un centro de salud? Todavía hoy hay quien recurre en los tribunales este tipo de nombramientos.
Desarrollo de las especialidades de Enfermería
Las especialidades de enfermería se aprobaron hace ya 18 años, pero su desarrollo está a años luz de las necesidades asistenciales de los pacientes. Los gobiernos, central y autonómicos, no apuestan por las especialidades porque lo que les interesa es un modelo de enfermera generalista, más barato, que resta complejidad a la organización del sistema sanitario, aunque es contrario a las necesidades del paciente y al crecimiento profesional de la enfermera. Es preciso crear las categorías profesionales específicas de enfermeras especialistas y que se cataloguen los puestos de trabajo en todas las CC.AA. de una vez por todas, que se abonen las especialidades como corresponde diferenciándolas de una enfermera generalista y que se desarrollen nuevas especialidades acordes a las necesidades de los ciudadanos y pacientes.
Rechazo a un modelo profesional «low cost»
Últimamente estamos asistiendo a un movimiento para poner en marcha un nuevo modelo de profesional “low cost” creando técnicos en cuidados y en geriatría que hagan nuestro trabajo cobrando mucho menos y generando menos problemas, pero que va en detrimento de la salud y seguridad de las personas, siendo esto innecesario ya que apostando por las enfermeras especialistas en geriatría y generalistas el problema estaría resuelto.
Por todo ello exigimos poner a la profesión enfermera en el verdadero lugar que debe ocupar por su formación, su responsabilidad, su excelencia profesional y su capacidad innata de crecimiento y entrega por los pacientes. Es necesario invertir en enfermeras y apostar por su desarrollo profesional, ya que esto supone mejorar la calidad de los cuidados a la población española.
Autor Florentino Pérez Raya
Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería