¿Qué encuentran allí?

La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha supuesto un importante varapalo para miles y miles de personas a una y otra orilla del Canal de La Mancha. Las rupturas en general no son positivas y podríamos afirmar que casi todos salen perdiendo.

Aunque las implicaciones del llamado Brexit en el comercio y la libre circulación de personas en Europa son innegables, por lo que a la enfermería respecta este tsunami geopolítico ha supuesto un problema para muchos profesionales.

Tanto para los que estaban ejerciendo en las islas, como para los que pensaban emigrar la tónica general ha sido el desconcierto, la burocracia y la incertidumbre. Como muestran los datos del Consejo de Enfermeras y Matronas de Reino Unido, la cifra de enfermeras españolas en su país ha caído un 50% en los últimos años.

Hasta este momento, había sido un destino de trabajo muy atractivo que, por decisión propia o empujados por la crisis económica, escogían las enfermeras. Evidentemente, el idioma influía. Es más común hablar inglés que alemán o sueco. Pero lo que han encontrado allí muchas enfermeras les compensa instalarse en un país donde puede que tengan peor calidad de vida en algunos aspectos —clima o comida— y, todo, les obliga a estar lejos de sus familiares y amigos.

Así, si muchas enfermeras y enfermeros han emigrado a Reino Unido es porque han encontrado un grado de reconocimiento laboral y profesional, estabilidad, buenas condiciones, respeto… Eso, sumado a la excelente formación de nuestras enfermeras, hacía el cóctel perfecto para sostener el sistema de salud británico mientras se debilita el nuestro.

La inacción de los políticos, de todo signo y condición y a todos los niveles de la Administración, con respecto a los recursos humanos sanitarios ha provocado con los años que los profesionales vivan en una insatisfacción permanente, algo que no les impide darlo todo en su trabajo y ser la mejor garantía para la salud de los ciudadanos. Pero es injusto que su aportación a la sociedad —y no sólo durante la pandemia— se vea “recompensada” con una sucesión de contratos precarios, con techos de cristal a su desarrollo profesional, con una discriminación flagrante en la escala de la Administración pública con un nivel que no les corresponde —A2 en lugar de A1—…

Más que injusto es vergonzoso. Necesitamos a nuestras enfermeras en nuestro país, donde tenemos unas ratios inaceptables. Eso no quita para que muchas enfermeras sigan emigrando, para conocer otros sistemas sanitarios o por motivos profesionales o personales, pero que no lo hagan porque crean que aquí no van a poder crecer o realizarse profesionalmente.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

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