¿En qué quedó la campaña Nursing Now? (II)

Un proyecto que, desde su presentación el 27 de febrero de 2018, lo sabíamos todos, era imprescindible en un país como el nuestro en el que el futuro del Sistema Sanitario debía transitar por un cambio de paradigma que hemos denominado, “DEL CURAR AL CUIDAR”. Las enfermeras constituimos la mitad de la fuerza de trabajo profesional a nivel mundial y brindamos el 90% de la atención ofrecida por los profesionales sanitarios.

Sabíamos también que las enfermeras, a menudo, están infravaloradas y son incapaces de utilizar sus conocimientos y habilidades al máximo rendimiento. La sociedad debía saber que esto es un enorme desperdicio de talento y recursos, empeorado en muchos casos por salarios y condiciones deficientes. España, con sus más de 350.000 enfermeras y enfermeros, Europa con sus seis millones y el resto del mundo no podían permitirse ese despropósito.

Éramos conscientes de que todos los estudios realizados al respecto, dentro y fuera de nuestras fronteras, habían demostrado que cuando las enfermeras reciben competencias acordes con su capacitación y tienen un mayor alcance para expandir sus funciones, ofrecen resultados impresionantes para los pacientes.

Pensábamos que Nursing Now era luchar día a día por mejorar la gestión clínica, la docencia o la investigación para generar evidencia y para incentivar la práctica de una nueva enfermería basada en los valores.

Nursing Now significaba que no puede estar en tela de juicio el rol ni las funciones que desarrolla la enfermera en el ámbito de la gestión clínica, que no puede haber un hospital donde no exista una dirección de enfermería, que no puede haber un centro escolar donde un niño que padece una enfermedad rara, o que es un paciente crónico, no pueda disponer, en su hábitat natural que es la escuela, de una asistencia enfermera adecuada y tenga que recibir medicación de manos de su maestra que ya bastante tiene con preocuparse de su instrucción y su educación.

Nursing Now debería haber significado —y así lo dijimos muchos— que nadie habría de rasgarse las vestiduras porque un enfermero o enfermera, con cuatro años de formación universitaria, dos de especialidad y, cada vez con mayor frecuencia, con su tesis doctoral defendida y aprobada, que le posiciona en el más alto nivel académico, dirija proyectos de investigación, lidere equipos multidisciplinares, ejerza responsabilidades políticas de alto nivel o sea rector o rectora de Universidad.

El balance, visto lo visto, desde luego en nuestro país, no ha sido satisfactorio. A pesar de ello muchos seguimos pensando que la profesión enfermera es una fuerza imparable en el escenario de salud español y mundial. Como enfermero —ya jubilado, por cierto—, os invito de la mano de D. Miguel de Unamuno a que “procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado”.

Rafael Lletget

Autor Rafael Lletget

Tratamos de recuperar la esencia de la perspectiva humanista buscando su lugar en el ámbito de los cuidados enfermeros. El ser humano , más allá de eslóganes y frases oportunistas, constituye el centro de la praxis enfermera.

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