Vuelta a la prehistoria: ¡prohibido dirigir!

Si de algunos dependiera, las enfermeras no habrían roto su techo académico, no serían graduadas, ni especialistas, ni máster ni aun menos doctoras. Tampoco alcanzarían a desarrollar algo más que sus funciones de carácter asistencial. Nada de docencia ni de investigación y —no digamos— de gestión. Tampoco serían autónomas en el ejercicio de esas funciones sino subordinadas a lo que parece ser, en el mundo sanitario, la única vida inteligente.

Es triste tener que pensar nuevamente en esto con motivo del recurso presentado por el Colegio de Médicos del Principado de Asturias para impedir que dos enfermeros competentes ostenten la responsabilidad de una Dirección General de Planificación Sanitaria y otra —esto ya sí que es grotesco—de Cuidados. El tema no merece realmente mucho comentario. Ni siquiera a los propios colegas médicos les preocupa en absoluto. No preocupa a quienes saben y ejercen la medicina con un enfoque de excelencia, a los que son portadores de autoridad no por ser médicos sino por saber ser buenos médicos.

Me parece que esto es, más bien, cosa de aquellos que practican, ya sea de forma individual o institucional, una Medicina “defensiva”, basada en las relaciones jerárquicas. Jamás, a lo largo de mi vida profesional, he visto reacciones como la que nos ocupa que no procedieran de los seguidores de ese caduco y afortunadamente residual modelo médico hegemónico. Supongo que también se rasgarán las vestiduras porque la Consejería de Salud de Baleares esté dirigida por una enfermera o existan decenas de cargos de relevancia política y gestora liderados por estos profesionales en todo el territorio nacional.

He conocido médicos verdaderamente ilustres que confiaban y hasta se dejaban conducir, en no pocas ocasiones, por el consejo, la experiencia y la capacidad de enfermeras igualmente ilustres. Y, por supuesto, médicos que, sin necesidad de hablar trasmitían confianza,  respeto, autoridad y admiración. Alrededor del paciente no poníamos los títulos encima de la mesa sino el saber hacer de cada uno de los miembros del equipo de salud. La sostenibilidad y el futuro, no sólo del Sistema Nacional de Salud, sino de todo nuestro Estado de Bienestar, pasa por aprovechar al máximo el potencial de la enfermería. Todos los profesionales de la salud deberían trabajar en equipo —no unos al servicio de otros— sino todos al servicio exclusivo de las personas. Y cualquier competencia corresponde a aquel que mejor la sabe desarrollar.

Vamos a ver: Queridos colegas del Colegio Médico de Asturias. Nuevamente resolverán los tribunales. Sea cual sea el desenlace ha de saberse que TODAS las profesiones sanitarias que integran el sistema de salud, cuentan con profesionales capaces de liderar y gestionar tanto los servicios como los recursos. Aunque a algunos pocos esto les incomode.

Rafael Lletget

Autor Rafael Lletget

Tratamos de recuperar la esencia de la perspectiva humanista buscando su lugar en el ámbito de los cuidados enfermeros. El ser humano , más allá de eslóganes y frases oportunistas, constituye el centro de la praxis enfermera.

Leave a Comment