Deontología y ética enfermera

Claves para una deontología de nuestro tiempo

Los conceptos de ética, moral y deontología se utilizan con un contenido diverso y, no pocas veces, de forma indistinta. Decimos que algo no es ético aludiendo a su escasa altura moral. Afirmamos que, en el terreno deontológico, el cumplimiento o no de una norma implica el carácter ético o moral de quien actúa e, incluso, se llega a identificar lo deontológico con la norma positiva emanada del Derecho.

Esta imprecisión terminológica induce, no sólo a la confusión, sino también a la consideración ética en clave de ley unas veces o de exigencia moral y, de este modo, lo que llamamos Código Deontológico, puede convertirse en un corsé que limita la capacidad de cualquier reflexión ética a la hora de que un profesional medite y sopese su decisión ante un conflicto que exija una respuesta de carácter moral.

Por ello, antes de abordar cualquier cuestión relativa a la deontología del cuidar será necesario, no sólo esclarecer estos términos, sino también poner en cuestión aquella idea que interpreta las normas deontológicas como algo cerrado, exclusivamente punible o instrumento defensivo para la práctica profesional. Se acepta hoy el término “moral” en relación a las conductas concretas, esto es, a la denominada “moral vivida”, en tanto que a la “ética” se le atribuyen connotaciones de “moral reflexionada”.

La pregunta es obvia: ¿es la deontología una ética? La respuesta va a condicionar radicalmente la interpretación y el alcance posterior de los respectivos códigos deontológicos y las propias claves que han de considerarse en la génesis de los mismos.

Para algunos autores, ética y deontología son conceptos intercambiables y, por ello, cualquier deontología sin una perspectiva ética —que propone y exige motivaciones— quedaría sin su horizonte de referencia.

Otros autores piensan que lo que llamamos deontología profesional tiene más de derecho que de ética. Para ellos es difícilmente compatible el carácter de  obligatoriedad con su consideración paralela de código de moral de actitudes. Ambas posiciones suscitan una cierta reticencia hacia una deontología que pretende ser un elemento regulador de las conductas, que se mueve desde luego en un cierto humus parajurídico y que, a su vez, plantea no pocas dudas en cuanto a su capacidad de vertebrar una actitud ética en el seno de una sociedad plural.

Es por esto que, precisamente en un momento en el que se nos ha asegurado la actualización de nuestro Código Deontológico, sea imprescindible abordar estas y otras cuestiones de carácter previo que aseguren, no sólo la adecuación de este al contexto actual de nuestra profesión y de la sociedad, sino también la propia naturaleza del mismo para que sea verdadero exponente de la configuración moral del conjunto de la profesión en un entorno que hoy llamamos secular.

Rafael Lletget

Autor Rafael Lletget

Tratamos de recuperar la esencia de la perspectiva humanista buscando su lugar en el ámbito de los cuidados enfermeros. El ser humano , más allá de eslóganes y frases oportunistas, constituye el centro de la praxis enfermera.

Leave a Comment