Ser mando intermedio de enfermería, tal como hemos ido hablando a lo largo de mis intervenciones en Bitácora Enfermera, es un papel complejo, a pesar de ser un cargo situado entre la dirección de nuestro centro y los profesionales, ya que se dan una serie de circunstancias que hacen que la supervisora (como venimos llamando a este cargo) tenga lo que se denomina a veces el “efecto sándwich”, ese estar entre dos aguas, la dirección y los profesionales.
Aquí es donde se debe hacer más énfasis y es cuando la supervisora ha de saber cuál es su papel, por un lado esa “gestión de proximidad” que nos hace estar tan cerca de nuestros compañeros de turno, enfermeras y auxiliares, que no han de confundir los papeles, unos papeles que son claves para el buen desarrollo de las funciones de la supervisión, no se ha de olvidar que la supervisora goza del principio legal de autoridad, y como tal está facultada para ello, y los profesionales deben de saber que su supervisora, a pesar de ser, en algunos momentos pasados una compañera de trabajo, en la misma planta incluso, tiene un cometido que no puede dejar de lado: es un superior jerárquico con las relevantes consecuencias legales que tiene dicha consideración.
La supervisora también ha de ser consciente de ello, ya que tiene un mandato de parte de la dirección del centro, para llevar a cabo una serie de cometidos que implican la responsabilidad gestora, desde la gestión de recursos humanos, la planificación de los mismos, el buen funcionamiento de las unidades, la interrelación entre profesionales, pacientes y familiares, y el control y seguimiento de los objetivos del centro, entre otras funciones.
Visto todo ello se puede llegar a tener conflicto de intereses entre una parte y otra, y aquí es donde adquiere más valor, la profesionalidad del gestor enfermero, la supervisora debe saber donde está en cada momento, y debe adoptar las medidas necesarias para que sus funciones se lleven a cabo con rigor, siguiendo las directrices del centro, velando por la calidad asistencial en todos los ámbitos y procurando que los profesionales cumplan con ello, y en mi opinión, aquí es donde reside el verdadero valor de la supervisión enfermera: el valor de saber transmitir a los profesionales los objetivos de la organización, hacer todo lo posible para que los objetivos y valores de la organización sean conocidos, entendidos y sobretodo se lleven a la práctica. Ya que en la gran mayoría de ocasiones el profesional asistencial desconoce los mismos, o no sabe dónde encontrar los planes estratégicos y líneas de trabajo del centro.
La supervisora debe ser la correa de transmisión entre la dirección del centro y los profesionales
Hacer que el profesional viva como propios los objetivos de las organizaciones es trabajo de su supervisora, ya que conoce los mismos por su cargo, y puede ser capaz de explicarlos de manera entendible al resto de profesionales, por experiencia propia se puede decir que un profesional informado es un profesional más comprometido con su centro, un profesional capaz de entender hacia donde se encaminan los esfuerzos colectivos, donde sin duda va a salir beneficiado. Esto se podría denominar “compromiso con la organización”.
¿Qué ganamos con ser ese engranaje imprescindible?
● Conocimiento
● Saber hacia dónde va nuestro centro
● Pertinencia al mismo
● Orgullo profesional
● Reconocimiento del papel de la supervisora
Hagamos más fácil el trabajo de las supervisoras, preguntémosles sobre nuestro Hospital o centro de trabajo, seguro que tienen muchas cosas a explicarnos, seguro que todos vamos a salir ganando con ello: centro de trabajo y profesionales sin duda y la supervisora adquiere ese papel comunicador imprescindible en la carrera por conseguir el liderazgo.
¡Vamos a por ello!
¡Comunicar e informar es ganar!
Autor Albert Cortés
Enfermero, CAP Vila de Gràcia-Cibeles. Máster en Gestión de Servicios de Enfermería, Máster Universitario en Dirección y Gestión de Personas. Barcelona Director de HUGES - Humanizando la gestión sanitaria Coordinador del grupo de trabajo de humanización de la Asociación de Enfermería Comunitaria Mis valores son: la Justicia, la transparencia y el respeto. Los profesionales deben de ser centro del sistema, trabajando por una gestión humanizada Editor de www.albertcortesborra.es