El objetivo de la Organización Mundial de la Salud es erradicar las hepatitis víricas en todos los países del mundo para 2030. Un propósito que España puede conseguir gracias a la llegada de los antivirales para la hepatitis C.
La “lucha” ha sido fácil desde las consultas de Atención Primaria, hospitales, visitas domiciliarias, urgencias y emergencias… Pero ¿qué ocurre con aquellas personas vulnerables cuya vida está lastrada y no se les puede localizar por un código postal? Muchos desconocen que tienen la enfermedad o los que lo saben no puede acceder al tratamiento debido a muchas barreras que encuentran por el camino. Es el caso de los usuarios de drogas inyectables, personas sin hogar, migrantes o aquellos que viven en entornos de privación de libertad donde el acceso al sistema de salud puede ser limitado o inexistente.
Para llegar a esta población nacieron las Unidades Móviles de Cribado. Una herramienta, tal y como explica la revista ENFERMERÍA
FACULTATIVA, necesaria y efectiva en el abordaje de estas enfermedades y en el que las enfermeras tienen un papel clave. Una labor invisible, en la que dedican grandes esfuerzos a hacer educación para la salud en cuestiones clave para estas personas como por ejemplo higiene y autocuidados, a reconocer heridas complejas que pueden tratarlas ellas mismas o derivarles cuanto antes a un centro sanitario. Pero, sobre todo, a ser esa mano amiga que les da confianza y resuelve dudas simplemente con el arte de cuidar.
Y es que, resulta más importante que nunca mantener el impulso y desplegar todas las herramientas que han demostrado ser eficaces para diagnosticar y tratar a la mayor cantidad de personas posible.

Autor Florentino Pérez Raya
Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería