La enfermera de salud pública, capital en la futura agencia

Una de las lecciones más importantes que nos dejó la pandemia es la relevancia que juega la salud pública en todos los ámbitos de la sociedad. Sin salud pública, empeora la salud de la población y también lo hace la Sanidad con mayúsculas, al saturarse, lo que genera un círculo vicioso de nefastas consecuencias. De ahí a un posible colapso económico transcurre apenas un paso, justo el que estuvo a punto de producirse con la Covid-19 en España si las vacunas y precisamente la vuelta a la Salud Pública o el reforzamiento de la misma no hubieran acudido al rescate. Estas enseñanzas irrefutables no hacen sino demostrar la necesidad de potenciar este área en todas sus facetas: con presupuestos, con políticas y, por supuesto, con profesionales cualificados. De ahí que resulte clave la formación de sanitarios en el siempre complejo arte de la prevención de patologías y la promoción de la salud de la población.

La figura de la enfermera en salud pública se antoja fundamental desde este punto de vista, y una de las mejores formas de certificar que se aprendió de lo sucedido, que no volveremos a tropezar otra vez con la misma piedra y que existe voluntad real de subsanar los errores cometidos en las fases iniciales de la eclosión del virus es precisamente potenciar dicha figura, dotarla de las mejores herramientas posibles y acrecentar su rol en el Sistema Nacional de Salud (SNS). La oportunidad está ahí, al alcance de la mano, en el proyecto que contempla la creación de la Agencia Estatal de Salud Pública, un ente que, cuatro años después de aquellos fatídicos meses de febrero y marzo de 2020, apenas es aún un embrión. Cualquier intento de puesta en marcha que no contemple, valore y potencie este perfil profesional está abocado al más absoluto de los fracasos, porque nadie hay mejor que las enfermeras para promocionar la salud y las conductas saludables, atender a grupos vulnerables, reforzar el acceso a la salud, detectar anomalías sanitarias en la población, y hasta potenciar la protección ambiental como parte importante de la salud global del planeta y de las personas. La enfermera de salud pública es también esencial para la recogida, el análisis y la difusión de información relacionada con la salud de esas personas y, sobre todo, es pieza clave para la detección de riesgos de todo tipo y condición. Desde este punto de vista, su presencia en la estructura de la futura agencia, si finalmente germina, constituye un imperativo que ni el Ministerio de Sanidad ni las autonomías deben desoír. “Sólo contando con las enfermeras en todos los ámbitos y, por supuesto, también en éste, avanzará la sanidad en nuestro país”, dice Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. Y tiene razón.

Preguntas con respuesta

  • ¿Qué comunicador con pasado en la industria farmacéutica va a emparentar con el alcalde de Madrid? ¿Por qué?
  • ¿Qué compañía farmacéutica ha valorado recortar al máximo los fondos de su fundación tras el cierre de la de Merck?
  • ¿Qué problema económico sobrevenido golpea a una patronal? ¿Cuál es?
  • ¿Qué corporación profesional tendrá a un rotario, a un izquierdista y a un ultrareligioso como aspirantes a la presidencia?
Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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