La izquierda resucita sus viejos mantras

Los ataques a la sanidad privada, la defensa encendida del aborto y la eutanasia, y el cerco al tabaco van a convertirse con el paso de los meses en el centro del debate sanitario si, como parece, la pandemia de COVID-19 concede finalmente la tregua esperada. La apelación a tales clichés es ya un clásico. La izquierda recurre siempre a ellos cuando se agotan las legislaturas con el ánimo de entusiasmar a los adeptos, engatusar a los indecisos y sembrar de paso las dudas entre los rivales, y en esta ocasión tampoco habrá excepción.

Ya ha empezado a hacerlo, de hecho. El hostigamiento a clínicas y hospitales privados como supuesto ejercicio de defensa de lo público correrá principalmente a cargo de Unidas Podemos, de sanitarios afines y de las propias autonomías socialistas. En esta estrategia de erosión permanente hay que enmarcar los dardos envenenados lanzados ya al modelo Muface por el flanco de las iniciativas parlamentarias y la vía presupuestaria, y las bombas en la línea de flotación del modelo concesional mediante una palabra muy de moda en la actualidad: la reversión.

Como se sabe, Muface fue siempre objeto de persecución ideológica por parte de grupos contrarios a conceder oxígeno a aseguradoras y dispositivos sanitarios ajenos a la administración mediante fondos públicos, aunque sea para privilegiar a un nicho de votantes muy atractivo, como es el de los funcionarios.

El problema de la desintegración de Muface es que podría hacer estallar por los aires el sistema público si se transfieren de golpe a la Sanidad pública los cerca de 1,8 millones de mutualistas y beneficiarios que ahora no se encuentran dentro de ella. Este bombardeo contra la privada se completa con la agónica situación financiera de Muface, que se mantendrá durante los próximos tres años tras la firma del nuevo convenio.

Con respecto a la reversión, la diana está clara: el mantra que se lanza es que la sanidad concesional debe retornar a lo público, empezando para ello por los hospitales que el Grupo Ribera Salud tiene en la Comunidad valenciana, sin importar que haciéndolo funcione mal lo que antes iba bien, como ocurre en Alcira, e ignorando que fue el propio PSOE el que apoyó en el Congreso de los Diputados en 1997 la ley que permite este modelo de gestión sanitaria. Con el ánimo de difuminar este pasado oscuro, un grupo de conocidos sanitarios izquierdistas está promoviendo una iniciativa parlamentaria destinada a consolidar esta reversión y a agitar de paso el debate. Los otros tres asuntos que saltarán a la palestra -el aborto, la eutanasia y el tabaco- son también clásicos.

Los dos primeros tienen connotaciones ideológicas y Unidas Podemos tratará de apuntarse cualquier tanto. El último se usará como cortina mediática o bomba de humo cuando más convenga, que será cuando algún asunto grave esté perjudicando al Gobierno.

PREGUNTAS CON RESPUESTA

¿Qué sociedad científica hace y deshace en el seno de una Dirección General del Ministerio de Sanidad hasta el punto de que su presidenta es considerada ya como la directora general bis?

¿Qué otra sociedad científica que no es Semfyc actúa también al servicio pleno del Ministerio de Sanidad?

¿Qué presidente de una conocida corporación está recibiendo duras críticas por firmar un acuerdo con un alto cargo que en el pasado defendía atacar al Rey y a la Princesa Leonor si triunfaba la revolución?

¿Qué epidemiólogo afín a la izquierda está desencantado con el Ministerio de Sanidad? ¿Por qué?

Sergio Alonso

Autor Sergio Alonso

Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN

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