Aunque la actual ralentización económica apenas ha empezado aún a causar estragos a efectos de recaudación impositiva, lo cierto es que el Gobierno comienza a quedarse sin fondos para cumplir sus cacareadas “políticas sociales”. El exceso de gasto desatado durante los múltiples procesos electorales, la presión de la factura en pensiones -la deuda de la Seguridad Social supera por primera vez los 50.000 millones de euros- y la asfixia financiera de las autonomías, que ha tenido que ser sofocada por la Administración Central mediante los llamados pagos a cuenta, han acortado el margen de maniobra del Ministerio de Hacienda y están empujando al resto de los ministerios a meter la tijera en numerosas partidas. Read more…
Autor Sergio Alonso
Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN