Guerras estúpidas

En el conflicto que ha desplazado al COVID-19 de la actualidad informativa, es decir, la guerra en Ucrania tras la invasión rusa, la anexión a Rusia de la península de Crimea —ya en 2014— supuso un precedente importante de la atroz guerra que vivimos hoy.

Allá donde se alzaron las banderas blancas rojas y azules de la Federación Rusa, y de los zares tras un referéndum sin demasiadas garantías legales, una mujer, casi 200 años antes, había cambiado para siempre la historia de la Enfermería. Aquella guerra de 1853 tuvo demasiadas muertes evitables y sólo una heroína  inesperada. Sí, ella, nuestra admirada Florence Nightingale. Yo no sé si las compañeras y compañeros que hoy sobreviven bajo las bombas en Ucrania cambiarán o no la práctica clínica enfermera, si desarrollarán nuevos procedimientos, técnicas o formas de organización de los heridos.

Puede que no dejen la huella en la historia que dejó Florence Nightingale, pero sí dejarán huella en cada paciente atendido. En el último número de Enfermería Facultativa recogemos los testimonios de primera mano de enfermeras ucranianas que viven en España y de compañeras que desde el país eslavo dan fe de las carencias que sufren y de cómo el miedo y el sufrimiento impregna su trabajo diario.

Las vivencias que nos trasladan nos deben hacer reflexionar sobre cómo ejercer nuestro trabajo en las peores circunstancias posibles —y eso que la pandemia ha puesto a los sanitarios ante tesituras que jamás pensamos experimentar— y de cómo no valoramos disponer habitualmente del material sanitario de primer nivel para nuestro trabajo.

Ese material, que aquí se deshecha tras el uso o que caduca o se almacena en exceso, es oro puro para nuestras compañeras que sufren una guerra injusta que no han iniciado y que todos sabemos que no tiene ningún sentido. Sabemos que el pueblo español siempre suele dar muestras de solidaridad, pero la ola de generosidad desatada tras el drama ucraniano tiene pocos precedentes. La Organización Colegial de Enfermería se ha volcado.

Nuestro Consejo General ha donado 100.000 euros para la compra de material algo que también han hecho los colegios principales y miles de enfermeras están canalizando sus aportaciones en su provincia. Nunca será suficiente, porque no podemos parar las balas ni las bombas, pero deseamos lo mejor a nuestras compañeras y compañeros de Ucrania y que cese la violencia de una vez. Mucho ánimo, estamos con vosotras.

Florentino Pérez Raya

Autor Florentino Pérez Raya

Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería

Leave a Comment