En una profesión tan feminizada como la nuestra, con un 85% de mujeres, siempre hemos sido conscientes del machismo que miles de enfermeras experimentan a diario en su puesto de trabajo, por el mero hecho de ser mujeres. Pero pese a saberlo, creo que nadie podría imaginar la enorme magnitud del problema que desvelamos en nuestro artículo de portada: tres de cada cuatro mujeres ha sufrido acoso sexual en el ámbito sanitario en nuestro país.
Hablamos de comentarios inapropiados, ofensivos y humillantes, donde las insinuaciones sexuales no deseadas y la petición de favores sexuales están a la orden del día, pero también de abusos físicos, como tocamientos, manoseos, besos y abrazos inoportunos; y no sólo procedentes de pacientes, sino también, y casi en mayor medida, de compañeros o superiores. En conjunto, el panorama es desolador, pero no podemos normalizar el acoso y justificar estos comportamientos inaceptables, frente a los que debemos tener tolerancia cero. Debemos poner fin a estas actitudes. No hay justificación posible: no son bromas, son comentarios sexistas; no son piropos, es acoso verbal; no son roces accidentales, son tocamientos; no es un piquito, es una agresión sexual.
Todos, instituciones y personas, debemos decir “Basta ya” a estas situaciones que están tan normalizadas en nuestro entorno laboral. Por ello, también hemos elaborado una serie de recomendaciones, destinadas a las enfermeras españolas, para que sepan cómo actuar en caso de sufrir acoso sexual o acaso por razón de sexo. Nuestra primera recomendación está clara: no permitir ningún tipo de comportamiento de estas características. No debemos callarnos: ni las víctimas que los padecen ni quienes podemos ser testigos de ellos.

Autor Florentino Pérez Raya
Florentino Pérez Raya es el presidente del Consejo General de Enfermería