La salud mental de madres y padres de bebés prematuros. Un reto pendiente de la atención neonatal

*Por María Teresa Montes y Nuria Herranz, enfermeras especialistas en Pediatría y coordinadoras de Enfermería NeNe y patronas de la Fundación NeNe. 

La salud mental es un derecho humano universal y un objetivo de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. En España, la atención a la salud mental se ha convertido en uno de los retos más importantes del Sistema Nacional de Salud. Mejorarla en todos los niveles y ámbitos, es un objetivo prioritario en la agenda sanitaria para los próximos años. Es un reto urgente pendiente de abordar, hacer extensiva esta atención a las madres y los padres de bebes prematuros en la unidad Neonatal.

Cómo cada año en estas fechas, Enfermería NeNe quiere unirse a la conmemoración del Día Mundial de la Prematuridad. Bajo el paraguas de la Fundación NeNe, queremos visibilizar, sensibilizar y reivindicar la prioridad de colocar el foco de nuestros cuidados en la salud mental de las madres y los padres de bebes prematuros hospitalizados en la Unidad Neonatal. La salud mental incluye el bienestar emocional, psicológico y social de las personas.

En la última década numerosas investigaciones han mostrado el impacto negativo que tiene la prematuridad en la pérdida de salud mental de los progenitores (especialmente de la madre) y se ha observado que está pérdida puede conllevar un neurodesarrollo desfavorable y una alteración del equilibrio psico-emocional del bebé a corto y largo plazo. Se estima que más allá de la hospitalización del bebé prematuro, un 20-30% de los progenitores presenta trastornos de estrés postraumático, ansiedad y depresión durante el primer año, cifras muy superiores a las de familias con bebés nacidos a término.

Las madres y padres en unidad neonatal y especialmente en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) transitan por un largo y abrupto viaje en un entorno hostil repleto de incertidumbres médicas. Una experiencia marcada por una montaña rusa de emociones abrumadoras y sentimientos ambivalentes. A la frustración por las expectativas rotas y la tristeza por la separación, se suma el miedo a la gravedad de la enfermedad, la pérdida del bebé soñado, el riesgo por los resultados neurológicos adversos y en casos extremos el fallecimiento de su hijo o hija. Al mismo tiempo, tratan de enfrentar dificultades familiares (otros hijos, personas a su cargo), socioeconómicas (familias monoparentales, culturas minoritarias, pobreza o falta de recursos) y laborales (trabajo precario o riesgo de perderlo).

En este escenario complejo, la familia convive con estados de labilidad emocional, bloqueo afectivo, e incluso de hipervigilancia, que ponen en riesgo su bienestar emocional. Cuando no logran hacer un buen ajuste, pueden presentar conductas disfuncionales cómo no pasar tiempo con su bebé o tener baja disponibilidad para sus cuidados. Estas situaciones puedan entorpecer la construcción del vínculo afectivo y el rol maternal-paternal, elementos directamente relacionados con el óptimo desarrollo físico y psicoemocional del bebé y con la funcionalidad de los progenitores en el cuidado y protección de su hijo-a a largo plazo.

También ha de tenerse en cuenta que la interacción emocional del neonato con su familia es el mejor estímulo para un adecuado desarrollo cerebral al favorecer el desarrollo de un rico conectoma y la neuroplasticidad del cerebro.

Cuidados que apoyen en el neurodesarrollo del bebé

Ante esta realidad, es esencial proporcionar un marco de cuidado que soporte el neurodesarrollo del bebe y coloque la salud psicoemocional de madres-padres-recién nacido en el centro de la atención. Este cuidado neuroprotector con enfoque centrado en el recién nacido y la familia es un enfoque válido para abordar estos objetivos con la implicación coordinada de distintos agentes en varios niveles de actuación.

Un recurso imprescindible es la atención psicológica de madres y padres por psicólogos expertos en el marco de programas específicos en UCIN/unidad neonatal. Desafortunadamente y a diferencia de otros países, estos programas son prácticamente inexistentes en las unidades neonatales de España. Estos profesionales son los encargados de identificar, prevenir y actuar precozmente ante signos de psicopatología, distrés emocional severo y relacional parental dotando a las familias de las herramientas necesarias para mejorar su afrontamiento y aceptar su realidad además de optimizar su red de apoyo. Al mismo tiempo contribuyen proporcionando apoyo y recursos al resto de los profesionales del equipo neonatal en su labor de soporte a las familias.

Dentro del equipo interdisciplinar y muy especialmente las enfermeras, tenemos la responsabilidad de lograr que intervenciones robustamente demostradas cómo neuroprotectoras para el bebé prematuro y la salud psicoemocional de la unidad familiar (piel con piel, padres como cuidadores activos), alcancen el máximo nivel de aplicación en la práctica clínica cotidiana. Facilitar la conexión física y emocional con el bebé y la capacitación de las madres/padres como cuidadores principales de su hija o hijo son objetivos estrella que precisan de compromiso, habilidades y planificación. Desde un punto de vista institucional, es preciso diseñar programas formativos estructurados con recursos técnicos y humanos para enseñar, guiar y acompañar progresivamente de forma individualizada a estas familias.

Asimismo, un recurso importante es la incorporación de los padres veteranos (ayuda de pares), como otro soporte emocional. Padres que han vivido experiencias similares y están en la mejor situación para comprender, acompañar y validar las emociones y sentimientos por los que están transitando. En la misma línea, el apoyo de las asociaciones de padres de bebes prematuros acumula una información completa y valiosa de todo lo que rodea a la prematuridad. Este conocimiento puede proporcionar una ayuda excelente a las familias para situarles en la realidad.

Por todo lo expuesto anteriormente, desde Enfermería NeNe en la conmemoración de la prematuridad, instamos a la Administración pública, instituciones, gestores sanitarios y a los profesionales a incorporar con prioridad en la agenda sanitaria, la atención psicológica de madres y padres de bebes prematuros en la UCIN/unidad neonatal. Y a destinar los recursos económicos y humanos necesarios para avanzar con compromiso hacía esta realidad.

Maite Montes y Nuria Herranz

Comments are closed.