Tal vez no sea una líder carismática ni el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) la coloque nunca en el podio de los ministros del Gobierno más valorados, pero María Luisa Carcedo, la titular de la cartera de Sanidad, está adoptando decisiones más que sensatas durante su corto periodo de mandato. Lejos de sucumbir a los cantos de sirena electorales, Carcedo ha decidido resistirse, por ejemplo, a todo tipo de presiones lanzadas por alguna compañía y por organizaciones cercanas a sus tesis, y no ampliará el calendario vacunal a corto plazo. Lo fácil para ella habría sido autorizar la incorporación de nuevos productos, porque financiar vacunas siempre vende. Sobre todo, a menos de dos meses para los comicios. Pero Carcedo ha preferido guiarse por criterios de coste-efectividad, frenando de paso en seco la lamentable decisión de dos autonomías de quebrar la unidad farmacéutica en España, con lo que ha puesto temporalmente fin a un efecto dominó que sólo podrá ya reproducirse en función de los resultados de las autonómicas. Read more…

Autor Sergio Alonso
Fundador y director del suplemento A tu salud del diario LA RAZÓN