La vida es lo más preciado y la enfermedad amenaza siempre con arrebatárnosla o convertir nuestra existencia en un recorrido de dolor o incapacidad. Hace ya un par de décadas, los periodistas deportivos preguntaban un día a un entrenador de un importante club de fútbol si tenía miedo de que le despidieran tras los malos resultados que arrastraba el equipo. Este respondió algo así como “¿Miedo a que me echen? Yo sólo tengo miedo a las enfermedades”. Efectivamente, valoramos la salud por encima de todo, pero especialmente en ausencia de ella es cuando nos damos cuenta de su importancia. Por una parte, vivir una vida saludable está en nuestras propias manos, en cuidarnos, tanto en la alimentación, llevar una vida activa o no tener conductas que agredan
al organismo como el abuso de alcohol, el tabaco o las drogas. Pero independientemente de eso, un sistema sanitario que permita abordar todas las dolencias y tratarlas en la medida que la ciencia ha logrado remedios para curarlas es lo que de verdad diferencia a una sociedad desarrollada y próspera. Read more…
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- Constantes vitales – Florentino Pérez Raya
- La ventana enfermera – José Luis Cobos
- Un rincón para la reflexión ética – Rafael Lletget
- Los caminos de la Enfermería – Alina Souza
- Con tinta azul y gris – Fidel Rodríguez
- La Lámpara de Minerva – Blog del Gabinete de Estudios
- La seguridad de la enfermera también cuenta – Rafael Jesús López
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